Una de las causas de muerte más extendida es el infarto cardíaco y la mayor parte de veces, aunque hay personas que ya tienen un perfil, otras los sufren sin una razón aparente, y uno de los modelos más utilizados para predecir las fallas cardiovasculares recae en una compleja combinación de estilo de vida, demografía e información sobre los riesgos de acuerdo a la genética.

Sin embargo, el doctor Vijay Nambi y Christie Ballantyne, del Centro Hospitalario Metodista para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares y del Colegio de Medicina Baylor, respectivamente, presentaron nueva información que demuestra que la identificación de dos biomarcadores podría ayudar a mejorar las posibilidades de predecir los fallos cardiacos, esto como parte de un nuevo modelo más sencillo.

Los resultados de sus estudios fueron presentados este año en la sesión científica de la Asociación Cardíaca Americana en Los Ángeles.

Nambi y Ballantyne explicaron que este modelo es más sencillo y puede utilizar la información obtenida por los reportes de laboratorio de los pacientes para mejorar la evaluación del riesgo de insuficiencia cardiaca, la cual sería útil para los pacientes y los médicos.

El modelo de los investigadores considera la edad, la raza y la concentración sanguínea de dos biomarcadores, la troponina T y la prohormona N-terminal del péptido natriurético cerebral (NT-proBNP), ambos secretados en diferentes zonas del corazón. De esta forma el médico puede valorar de acuerdo a los niveles de los biomarcadores si el paciente está en riesgo o no de sufrir un infarto.

Al aplicar este modelo a los pacientes, los investigadores notaron que era comparable al modelo más complejo que se usa hasta ahora para identificar riesgos de ataques cardiacos, los cuales toman en cuenta edad, raza, presión sanguínea sistólica, uso de medicamentos para la hipertensión, hábitos como el fumar, diabetes, índice de masa corporal, enfermedad coronaria prevalente y frecuencia cardíaca.

La proteína troponina T es parte del complejo troponina y es tradicionalmente utilizada para diagnosticar las fallas cardíacas y en el caso de la NT-proBNP, éste es un fragmento péptico residual de la producción del péptido natriurético cerebral (BNP), una pequeña hormona neuropéptica que tiene un gran valor en el diagnóstico de la insuficiencia cardiovascular congestiva reciente o en curso.

Los investigadores han usado ambos marcadores en la predicción de futuras fallas cardíacas por cerca de 10 años para probar su modelo, finalmente, demostraron que al incluir el análisis de estos dos biomarcadores es más sencillo abordar los diagnósticos y ayudar a prevenir los ataques al corazón, sin embargo la investigación sigue en curso.

 

Referencias:

Bricker, David. “A simpler way to predict heart failure”. Methodist Hospital, Houston.

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