Las galaxias son el resultado de un proceso evolutivo de miles de millones de años, y su historia se halla codificada en sus distintos componentes. Ahora el proyecto CALIFA, ideado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y desarrollado desde el Observatorio de Calar Alto, ha asumido la labor de descodificar esa historia, en una suerte de arqueología galáctica, a través de la observación en 3D de una muestra de seiscientas galaxias.

Esta noche ha tenido lugar un emisión pública de los datos correspondientes a doscientas galaxias, un momento en que el proyecto alcanza su ecuador. \’Los datos de las primeras cien galaxias que publicamos en noviembre de 2012 ya han superado las siete mil descargas y han producido una gran variedad de resultados, tanto dentro como fuera de la colaboración CALIFA\’, destaca Sebastián Sánchez, investigador que encabeza el proyecto.

Con más de 30 publicaciones científicas, más de cien presentaciones en congresos y cinco tesis defendidas, este proyecto es el más productivo de cuantos se han desarrollado en el observatorio de Calar Alto. \’Esta emisión de datos supone un nuevo hito en el proyecto, que ya constituye un referente internacional en muestreos extragalácticos\’, destacan sus investigadores.

El proyecto CALIFA no solo permite conocer las galaxias con un nivel de detalle hasta ahora inconcebible, sino que también aporta datos sobre la evolución de cada galaxia en el tiempo: indica cuándo y cuánto gas se convirtió en estrellas en cada etapa y cómo evolucionó cada región de la galaxia a lo largo de doce mil millones de años.

Gracias a sus datos se ha podido extraer la historia de la evolución en masa, brillo y elementos químicos de la muestra de galaxias. Así se ha podido comprobar que las galaxias más masivas crecen más rápido que las menores, y que además lo hacen de dentro afuera, formando las regiones centrales en primer lugar.

También se han obtenido resultados sobre cómo se producen, dentro de las galaxias, los elementos químicos necesarios para la vida, o sobre los fenómenos involucrados en las colisiones galácticas. Incluso ha podido observarse directamente la última generación de estrellas que se ha formado y que aún se halla dentro de su nido de formación.

“CALIFA es un proyecto internacional que va a representar la referencia en su campo para la próxima década. Este legado se ofrece a la comunidad científica desde el observatorio de Calar Alto y muestra su enorme potencial para la investigación astrofísica de primer nivel”, apunta José Manuel Vílchez, investigador del Instituto de Astrofísica de participa en el proyecto.

Un muestreo único

El proyecto CALIFA combina las ventajas de las dos técnicas de observación empleadas hasta la fecha: la toma de imágenes, que aporta información detallada sobre la estructura galáctica, y la espectroscopía, que revela las propiedades físicas de las galaxias (composición química, edad, etc). Así se pueden analizar las propiedades del gas y de las estrellas, como edad, movimientos, masa o cantidad de metales.

El muetreo aplica la tecnología IFS (acrónimo en inglés de \’espectroscopía de campo integral\’) para tomar unos mil espectros por galaxia, lo que ha permitido obtener una visión panorámica de las galaxias. Se trata del primer estudio IFS diseñado de manera explícita como un proyecto de tipo legado y, cuando culmine, será el mayor estudio de este tipo que jamás se haya completado.

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