Vinculan al fenómeno de El Niño con el declive de una lagartija tropical

Anolis apletophallus, lagartija tropical. / STRI


De acuerdo a un censo sin precedentes realizado a lo largo de 40 años en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, las fluctuaciones naturales en las cantidades de una especie de lagartija tropical pueden ser el resultado del fenómeno de El Niño.

El número estimado de lagartijas en Isla Barro Colorado ha disminuido drásticamente: En la última década, el censo registró alrededor del 35 por ciento del número de lagartijas de la especie Anolis apletophallus presentes durante los años 1970 a1980.

«Las poblaciones de lagartijas fluctúan enormemente de un año a otro», comentó Jessica Stapley, investigadora de la Universidad de Sheffield en Reino Unido (ex becaria de posdoctorado en el Smitshsonian), quien analizó los datos recopilados entre 1970 y el 2010. «Gracias a una investigación de varias décadas de duración, ha sido posible observar un declive tan drástico».

Stapley descubrió que la tasa de crecimiento de la población de lagartijas aumentó tras años con el fenómeno de La Niña, los cuales eran más fríos y húmedos, y disminuyó en los siguientes años más cálidos y secos con el fenómeno de El Niño. Varios de los colapsos más destacados en los números de lagartijas se dieron durante años intensos de El Niño.

«Es preocupante el hecho de que la frecuencia y la severidad de El Niño y otras fluctuaciones climáticas parezcan ir en aumento», comentó Stapley. El aumento de la temperatura mínima durante la noche y las intensas lluvias también sucedieron durante el período de estudio en Isla Barro Colorado.

«Este es el tipo de investigación que el Smithsonian es capaz de apoyar de manera única», comentó el científico de la Institución y director emérito Ira Rubinoff. «Sin este tipo de datos, muchas de las inferencias sobre el cambio climático serían poco más que especulaciones.»

Durante muchos años, Rubinoff ha utilizado los datos sobre los Anolis de Isla Barro Colorado como un ejemplo de la necesidad de estudios a largo plazo que permitan observar lo que está sucediendo en el panorama general, no sólo durante un año o una temporada determinada.

«Este tipo de datos coloca en un contexto a las fluctuaciones naturales en la abundancia de una población, moderando la inevitable necesidad de intervenciones drásticas cuando se ha descubierto que una especie u otra ha aumentado o disminuido materialmente» comentó Rubinoff, «Nos beneficiaríamos mucho de más estudios como este.»

El científico del Smithsonian A. Stanley Rand inició el censo. Robin Andrews, ahora profesora en la Universidad Virginia Tech, amplió el censo durante la década de 1980 para incluir otros sitios como parte de su investigación de tesis doctoral. Milton García, administrador de investigación en el Smithsonian en Panamá, continuó en los años siguientes utilizando los métodos de Andrews.

La historia de 100 años de ciencia del Smithsonian en Panamá sigue haciendo lo posible para responder a las interrogantes acerca de cómo los intrincados ecosistemas forestales y arrecifes tropicales responden a los cambios ambientales.

(STRI/DICYT)

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