Friedrich Wilhelm Kühne

Friedrich Wilhelm Kühne


Friedrich Wilhelm Kühne nació el 28 de marzo de 1837 en Hamburgo, Alemania. Es un fisiólogo alemán conocido por haber acuñado el término «enzima» (en alemán Enzym), más también hizo aportes en lo particular, sobre la fisiología del músculo y nervio, y en el proceso químico de la digestión. También estudió los cambios químicos que ocurren en la retina por exposición a la luz.

Kühne realizó estudios de química bajo la dircción de Friedrich Wöhler, de anatomía con Friedrih Gustav Jakob Henle, y de neurohistología con Rodolfo Wagner en la Universidad de Göttingen. En 1856 logró su doctorado con una tesis sobre la diabetes inducida en ranas.

En 1876, Kühne descubrió una sustancia en el jugo pancreático capaz de degradar otras sustancias biológicas. También descubrió que dicha sustancia, a la que llamó tripsina, se origina como un precursor inactivo, el tripsinógeno, que se transforma en la tripsina activa.

El hallazgo de la tripsina convirtió a Kühne en el primer científico en descubrir una enzima que degradaba las proteínas.

Kühne fue también un gran precursor de una técnica llamada “optografía”, la que consiste en fotografiar los ojos de seres humanos o de animales muertos con el objeto de extraer de sus retinas la última imagen vista antes de expirar.

Según se cuenta, Kühne tropezó con esta técnica por accidente. Corría 1881 y estaba examinando una rana recién muerta cuando en la retina de ésta detectó algo curioso: un fiel retrato del mechero Bunsen de su propio laboratorio. En los minutos previos a su muerte, la rana había observado fijamente ese mechero; ahora Kühne contemplaba aquella imagen como si fuera una foto para la posteridad. Por supuesto, el profesor quiso seguir investigando. Para ello recurrió a conejos, a más ranas, y llegó a la conclusión de que ciertas imágenes brillantes y de alto contraste permanecían impresas en la retina veinte minutos o hasta media hora después de la muerte.

El profesor Kühne no fue el primero en entusiasmarse con la optografía, sino que ya se habían hecho diversos trabajos y ensayos en otras partes del mundo y épocas, incluso. Acaso el pionero haya sido un monje jesuita del siglo XVII llamado Christopher Schiener. También se sabe que en 1863 un fotógrafo inglés, William H. Warner, llevó a cabo estudios semejantes y le propuso a Scotland Yard la aplicación forense de las imágenes optográficas. ¿Estaba el profesor Kühne al tanto de esto? ¿Sabía que en 1864 la policía de Florencia había pensado en resolver tres asesinatos en serie solicitándole a un tal Alinari, primer fotógrafo de la ciudad, que inspeccionara los ojos de las víctimas? Más aun, ¿estaba Kühne al tanto de que en 1865 un francés apellidado Bourion había presentado una serie de optogramas en la Sociedad de Medicina Legal de su país? Si bien Kühne había estudiado de joven en París, nada menos que con Claude Bernard, lo había hecho alrededor de 1860.

En diversos ensayos se ha indicado que Kühne nunca pensó en una aplicación criminológica de sus investigaciones. No obstante, el profesor pasó a la historia por obtener en 1880 el único optograma humano públicamente conocido (si alguien más –policía o científico– llegó a emplear la técnica antes o después de esa fecha, jamás trascendió ninguna foto ni ningún dibujo) y el episodio estuvo vinculado a un hecho criminal: en el pequeño pueblo de Bruchsal el joven Erhard Gustav Reif fue ejecutado acusado de asesinato. Apenas cayó la guillotina, Kühne extrajo su retina, la analizó y dibujó un optograma.

Friedrich Wilhelm Kühne falleció en Heidelberg, Alemania, el 10 de junio de 1900.

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