Wolfgang Paul

Wolfgang Paul


Wolfgang Paul nació el 10 de agosto de 1913 en Lorenzkirch, Alemania.

Durante la Segunda Guerra Mundial investigó la separación de isótopos, necesaria para producir material fisionable, destinado a armas nucleares.

En 1989, le fue concedido, conjuntamente con Hans Goerg Dehmelt y Norman Foster Ramsey, el Premio Nobel de Física, por sus esfuerzos en la creación de técnicas de precisión para el estudio y tratamiento de las partículas elementales de la materia, gracias a las cuales se han producido importantes avances en el conocimiento de las frecuencias radiactivas.

Wolfgang Paul trabajó en el desarrollo de la trampa de iones, en los años 50, la cual permitió que los físicos estudiaran características atómicas y que probaran teorías físicas con altos grados de precisión, convirtiéndose en una herramienta importante en la espectroscopia moderna. También inventó una manera de separar los iones de diversas masa y de almacenarlos en la trampa, usando un principio que fue aplicado posteriormente extensamente en espectrómetros modernos.

Entre otras cosas, la trampa de iones revolucionó por completo la espectroscopia atómica, al abrir una nueva vía de trabajo que permite aplicar haces de luz láser sobre los átomos retenidos, con el fin de provocar su excitación y estudiar así, con mayor facilidad y detenimiento, su espectro de energía (lo que queda plasmado en la trampa de iones cuando se suspende la excitación de éstos para que vuelvan a su estado normal, liberando luz fluorescente).

Por aquel tiempo, su reputación como científico había crecido tanto que fue nombrado Profesor Titular y Director del Instituto de Física de la Universidad de Bonn, a la que se incorporó en 1952.

A pesar de las penurias económicas derivadas de la derrota alemana en la II Guerra Mundial (1939-1944), Paul logró desarrollar espectaculares trabajos sobre espectrometría de masas y energía del electrón, merced al excelente equipo de colegas, colaboradores y doctorandos con que se encontró en Bonn.

En ese panorama de adversidad y para intentar ponerse a la altura de los países occidentales que iban a la cabeza del desarrollo científico y tecnológico, Wolfgang Paul y sus colaboradores se obligaron a diseñar y construir su propios instrumentos de trabajo. Fue así como surgieron algunas de las aportaciones más valiosas del científico alemán a la Ciencia contemporánea, entre ellas, esa trampa de iones que habría de hacerle merecedor del Premio Nobel.

Entre 1964 y 1967, Paul fue Director del reputado CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear), con sede en Ginebra (Suiza), en el que ya había trabajado durante muchos meses en 1959. Además, fue miembro y Presidente del Scientific Policy Committee, así como del European Committee for Future Accelerators (ECFA).

Desde los comienzos de su carrera, Paul se interesó por la aplicación de las Matemáticas a diversos campos de la Física.

Falleció el 7 de diciembre de 1993

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