Afronta el sector rural en México una crisis ligada a la migración y el narcotráfico

Campesinos desplazados / Desinformemonos.org


El problema de la tierra forma parte de la historia de México y América Latina, para analizar su situación actual el libro Acción Colectiva y Organizaciones rurales en México profundiza en la fuerza y sobrevivencia de las organizaciones sociales campesinas que acontece en medio de una realidad marcada por los procesos migratorios y el narcotráfico, así como por la franca desintegración social y una severa crisis derivada de la incidencia de empresas extranjeras al apropiarse del campo, refirió el doctor Nayar López Castellanos, del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

“La obra aporta una mirada esperanzadora en el tema de la lucha por la tierra. Se analiza la unión de comunidades indígenas y el movimiento de productores. Asimismo, repara en el papel de los organismos financieros internacionales, los cuales a partir del esquema neoliberal impulsan directrices en beneficio de las trasnacionales que aplican dócilmente los gobiernos locales”, mencionó durante la presentación de la obra en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En la presentación del libro y acompañado por los doctores Bruno Lutz, Ricardo Tirado Segura y Carlos Chávez Becker, expuso que las organizaciones rurales subsisten a una estructura capitalista que logró romper algunas cadenas de solidaridad. Y puso como ejemplo, el aumento de la migración en relación con la disminución de la producción agrícola puesto que la fuerza de trabajo rural se volcó al ámbito de las maquiladoras dando como resultado el abandono de grandes territorios, generándose así un incremento de la importación de maíz transgénico procedente de los Estados Unidos.

El doctor Bruno Lutz, profesor del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), hizo énfasis en el particular proceso civilizatorio gestado en las comunidades indígenas y la problemática de la presencia del narcotráfico que incide negativamente en la economía de los estados, pues 30 por ciento de las tierras cultivables está dedicado a la producción de enervantes, un aspecto poco investigado debido al riesgo de realizar trabajo de campo.

Nuevas formas de improvisación, anotó, se hacen presentes en el campo para apropiarse del territorio ante las recientes dimensiones políticas y fragmentación administrativa a causa del rediseño de regiones llevado a cabo por los principales carteles. Se trata de un proceso de colonización innovador, con personajes que rigen un determinado tipo de producción agrícola, además de un Estado promotor de una reeducación campesina con el fin de lograr sujetos dóciles.

El doctor Roberto Tirado, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, ubicó como punto de cambio la transformación de las organizaciones actuales, sobre todo en las campesinas, a través de la movilización y agilización de sus procesos para revitalizar, concretar sus objetivos y volver a sus principios. Sobre el libro destacó que aporta un panorama de la situación cotidiana que se vive en el mundo rural mexicano, lo cual ayuda a descifrar sus procesos internos y comprender su lógica.

Agregó que el proteccionismo en México origino una industria nacional incipiente, no obstante, estuvo limitada por la falta de desarrollo tecnológico, de tal modo que los pequeños y medianos empresarios no contaron con las condiciones suficientes para competir con las grandes trasnacionales debido a una falta de política industrial donde comenzó a dominar un sistema corporativista en el inicio de la era neoliberal.

El libro es producto del trabajo colectivo realizado entre profesores-investigadores de la UAM y del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, quienes en el 2011 formaron parte de un Seminario sobre organizaciones sociales. Por medio de la publicación se decidió presentar el resultado de la discusión emprendida en dicho encuentro sobre el declive de las asociaciones campesinas.

El doctor Carlos Chávez, docente del Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma, comentó que se da muestra a lo largo de cada uno de los casos estudiados de que a pesar de las malas condiciones económicas y políticas existe una considerable presencia de organizaciones, así como se observa un aumento de la producción de autoconsumo, lo cual demuestra la necesidad vigente de asociarse a pesar de la entrada de grandes productoras en el medio rural y en contra de las tendencias macro-estructurales.

El tejido asociativo no corporativizado sigue vivo, rico y se nutre a sí mismo como ocurre, particularmente, en los estados de Chiapas y Oaxaca, que aborda el libro y que abre un serio debate acerca de la lucha de los derechos en el campo de México, subrayó el coordinador de la publicación, cuyo segundo volumen se encuentra en gestación.

Esta segunda parte, detalló, será elaborada por artículos de investigadores de la Unidad Lerma y Xochimilco de la UAM, así como de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) bajo la premisa de si se puede hablar de la sociedad civil rural en México. A partir de lo anterior discutirán en torno a los movimientos ecológicos asociados con el despojo del territorio por parte de las corporaciones globales, sobre el derecho a vivir en un medio ambiente no contaminado y los movimientos que se mueven entre lo rural y lo urbano.

(UAM)

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