La crítica es necesaria para fortalecer e impulsar el desarrollo artístico y cultural, pues ejercerla favorece la construcción de una identidad propia, sostuvieron los académicos Omar Gasca y Julio César Martínez, quienes encabezaron la mesa redonda “La importancia de la crítica”, realizada en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana.

El evento fue coordinado por el académico Roberto Santa Anna, y tuvo como objetivo reflexionar acerca de la importancia que la crítica tiene dentro del medio artístico.

Omar Gasca declaró que la “crítica” no gusta a nadie. Sin embargo, ésta posee una gran importancia y tiene un papel determinante en la evolución de las sociedades: “Donde no existe la crítica política, los países no crecen políticamente; si hay ausencia de crítica social, no se desarrollan socialmente, y cuando se carece de crítica de arte, el desarrollo artístico y cultural se detiene”.

La crítica de arte, explicó, da a conocer la importancia de la obra que presenta un artista, así como lo que ésta representa en medio de las condiciones económicas, geográficas y políticas propias de la época. Por su función docente y orientadora, debe tener una fuerte presencia en los medios (electrónicos, digitales e impresos).

Gasca resaltó que no cualquiera puede ser crítico. Para lograrlo, dijo, “se necesitan juicios de valor, se debe ser contundente y correr riesgos”, así como estar preparado para las reacciones que generen sus puntos de vista.

Para Julio César Martínez, la crítica, en sus orígenes, era la actitud de cuestionar y poner en entredicho lo existente, y representaba una forma de valorar el entorno; no obstante, expresó, “ese ejercicio se ha perdido o se encuentra completamente enajenado”.

Explicó que la sociedad necesita un proceso de autocrítica, volver a sus raíces y no dejar de buscar la perspectiva de lo insólito, así como nunca dejar de cuestionar.

Para él, el crítico debe ser historiador y el historiador debe ser crítico; asimismo, necesita ser una persona adiestrada en todas las disciplinas que tengan algún tipo de relación con el área cultural en la que se desempeñe.

Martínez consideró que la gente que posee el poder en turno es la que toma el control de la cultura, “por lo que cada vez más vivimos una cultura ajena y no producimos una propia; es en este entorno en el que los críticos se vuelven necesarios para construir y consumir nuestra propia cultura”.

Para finalizar, ambos expositores concluyeron que pese al entorno consumista en que se desenvuelve la sociedad actual, con ayuda de la crítica las sociedades a la larga sólo conservan aquello que realmente les deja algo y a la postre se vuelve un bien cultural.

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