Osos pardos en la Cordillera Cantábrica

Osos pardos en la Cordillera Cantábrica


Un equipo internacional de investigadores con la participación de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, ha descubierto que una pequeña población de apenas cincuenta ejemplares de oso pardo de los Montes Apeninos (Ursus arctos marsicanus), en la región central de Italia, a apenas cien kilómetros de distancia de Roma, presenta unas particulares características genéticas que la diferencian de otras poblaciones europeas de oso pardo: son más pequeños y menos agresivos, pero con un gran olfato y un sistema inmune muy diverso. El estudio aparece en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences USA (PNAS).

 

Explica Carles Vilà, investigador de la EBD y miembro del equipo, que “la pérdida de diversidad genética se suele traducir en una menor capacidad de supervivencia. Esta pérdida de diversidad puede haber sido la responsable de que en esta población se hayan fijado características potencialmente perniciosas para la especie, como un menor tamaño y muy escasa agresividad. Sin embargo, los resultados de este estudio muestran que hay algunas partes del genoma que han conseguido retener una mayor diversidad genética, como consecuencia de la selección natural balanceada, como por ejemplo los genes asociados con el sistema inmunitario y receptores olfativos. Es decir, se ha dado un proceso activo de selección para mantener diversidad genética en regiones del genoma de especial importancia para la supervivencia”.

 

En el marco del estudio fue utilizado como elemento de referencia el genoma del oso pardo cantábrico, que como recuerda Vilà, aunque su caso no es tan dramático como el de los osos pardos de los Apeninos, también tiene poca diversidad genética, mucho menos que otras poblaciones europeas. “Queda por ver si en la población ibérica de osos también se detectan evidencias a nivel genético de su adaptación y supervivencia aislada en la Cordillera Cantábrica”, puntualizó.

 

Siglos de acción humana

Apunta el estudio que a consecuencia de la acción humana, especialmente de las prácticas agrícolas que desde hace más de tres mil años han quemado bosques con el fin de obtener tierras diáfanas para la siembra, las poblaciones de osos pardos de Europa han perdido conectividad, trayendo como consecuencia el aislamiento de muchas de estas poblaciones y su disminución demográfica, como es el caso de los mencionados ejemplares de los Apeninos italianos.

 

Ante el aislamiento y la disminución de las poblaciones se ha producido la endogamia responsable de la baja variación genética y de la expresión de mutaciones potencialmente nocivas halladas en la totalidad de osos pardos de los Montes Apeninos estudiados. No obstante, añaden los investigadores que el estudio es la prueba de que a pesar de las circunstancias poblacionales adversas, existe un proceso activo que mantiene la alta diversidad genética en aquellas regiones del genoma donde la variación es necesaria.

 

El estudio pone en evidencia otro hallazgo relevante que está aparentemente más vinculado a la casualidad, y es como dos raras características genéticas fijadas que en principio podrían parecer desventajosas para la supervivencia de una especie, como sería el caso del menor tamaño y agresividad de los osos de los osos Apeninos, terminan convirtiéndose en aliadas, ya que precisamente gracias a su fama de tener un carácter más dócil, las comunidades humanas locales sintieron una menor necesidad de perseguirlos y cazarlos.

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