El café soluble comienza la conquista de los mercados: 1 de abril de 1938


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

La historia del café soluble, paradójicamente, no se debe a la búsqueda de nuevos mercados, sino que se encuentra ligada a la sobreproducción y al intento por conservar el grano y sus cualidades.

Y fue precisamente esto lo que conjuntó para que Nestlé, una empresa dedicada a productos alimenticios lácteos, llegase a la producción del primer café instantáneo.

En el año 1930 el Instituto Brasileño del Café le pidió a Nestlé desarrollar un producto a base de café que pudiera ayudar a Brasil a reducir su gran excedente de café.

Pero la Nestlé no tenía ninguna experiencia en procesar café. La empresa nació en Vevey, un pequeño pueblo de Suiza, en donde el farmacéutico Henri Nestlé buscaba una alternativa saludable y económica para la leche materna para darle a los recién nacidos que no podían ser alimentados por el pecho de su madre.

En 1866 la solución estuvo lista. La llamó Farine Lactee Henri Nestlé y pronto fue muy popular en gran parte de Europa. Así nació la marca.

Nestlé, poco después se expandió hacia el chocolate, a la vez que incrementada sus mercados por todo el mundo.

En esas condiciones fue que llegó la petición del gobierno brasileño.

La solución tardó ocho años en desarrollarse y se tomó la propuesta de Max Morgenthaler, quien fungía como experto en café de la compañía, y su equipo. Algo simple en esencia: preparar una taza de café a base de “cubitos de café” y con sólo añadir agua.

Pero el café soluble ya existía en esa época, pues fue desarrollado en 1901 por el químico estadounidense de origen japonés Satori Kato, cuya formula fue comprada por la Nestlé, precisamente.

Nescafé tampoco fue el primer café soluble que se vendió, si no que esto correspondió al producto desarrollado por George Constant Louis Washington, el cual promovió a través de su compañía la G. Washington Coffee Company, pero el producto no tuvo mayor auge por considerarse de baja calidad y de un sabor no muy agradable.

El producto, un polvo soluble en agua, estuvo listo a finales de 1937 y como denominación se le puso Nescafé, conjunción de la primera silaba del nombre de la empresa, y del producto.

La presentación del producto se hizo el 1 de abril de 1938 en Suiza, con la proyección de que sería un gran éxito en toda Europa. Sin embargo, a causa de la Segunda Guerra Mundial, su expansión se volvió lenta. Todavía en pleno conflicto bélico, Nescafé comenzó a exportarse a Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. De hecho las tropas estadounidenses fueron grandes promotoras del producto en Europa, porque este era parte básica de sus raciones de comida.

* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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