“El misterio de los cristales gigantes” es un viaje a las profundidades de la Tierra en busca de los más bellos tesoros del mundo mineral para explicar el ¿cómo? de la formación de los cristales gigantes de yeso, en un documental con la producción del cineasta Javier Trueba.

La historia -cuyo guion y asesoría científica estuvo a cargo del investigador español Juan Manuel García Ruiz- inicia en las antiguas minas romanas de Segóbrica (descritas por Plinio el Viejo) sigue por la geoda más grande de Europa en Almería, España; luego por la cordillera andina para adentrarse en la cueva de El Teniente, hasta llegar a la cueva de los Cristales de Naica, oculta bajo el desierto mexicano.

El documental está basado en la investigación científica de un grupo internacional de cristalógrafos liderados por Juan Manuel García Ruiz. Es el compendio del trabajo que empezó el experto español en el 2002, cuando se descubrió la cueva de los Cristales, y concluyó en el 2010 al terminar la investigación en su parte fundamental.

El documental fue presentado en México en el marco del Año Internacional de la Cristalografía 2014, en el teatro del Museo de las Ciencias Universum, por el mismo Juan Manuel García Ruiz, quien también es miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Ahí explicó que la realización del documental tomó cuatro años y que la elaboración del guion le dedicó dos años pues a la par también continuó con la investigación de este considerado tesoro del mundo mineral.

“Este documental se ha exhibido en varias partes del mundo, se ha doblado a siete idiomas, pero aún le queda mucho recorrido; ha tenido éxito a nivel didáctico”, dijo García Ruiz sobre la película que narra la historia de la investigación científica sobre la naturaleza y en el cual se incluyen los cristales de yeso gigantes de Naica, que se encuentran en una mina de plata en México.

Los estudios han permitido explicar la formación de los cristales gigantes de Naica y sigue una línea de investigación de manera central sobre la conducta de nucleación y crecimiento de estos cristales de yeso y sobre sus propiedades físicas y aplicaciones.

Estas formaciones de tamaños colosales semejantes a vigas, tienen una longitud en promedio de 10 metros (la más alta mide 11.20 mts), un metro de espesor y un peso aproximado de 25 toneladas, lo que hace sean los cristales de yeso más grandes en el planeta.

La velocidad de crecimiento de estos cristales se establece en 60 micras, es decir, el grosor de un cabello, en un siglo, siendo este el crecimiento más lento medido en un proceso mineral, y debieron comenzar a formarse hace medio millón de años.

Vidrio y cristal, no son lo mismo

Del filme se extrae como parte de la información científica que ahí se difunde, que la diferencia entre cristal y vidrio, diamante y carbón amorfo, el cristal del verde esmeralda y el vidrio de bisutería se da por el orden. En el vidrio los átomos están distribuidos sin regla alguna.

Por el contrario, en el cristal, los átomos están dispuestos en orden perfecto, este orden es el que confiere a los cristales la belleza propia de sus formas lineales, ajenas a las curvas de la vida, sus ángulos perfectos y constantes, su guste, colores y formas basadas en el orden mineral que han fascinado a la humanidad desde tiempos remotos.

Otros cristales están formados por otras moléculas ordenadas de tal forma que les confiere otras propiedades que se les da en la vida cotidiana. Por ejemplo, nuestros esqueletos y dientes están hechos de fosfatos de calcio, muchos cosméticos están compuestos por diminutos cristales cuya forma y tamaño controlan su color y calidad. En la mesa, la sal y el azúcar son ejemplos evidentes, pero también la calidad del chocolate depende de los cristales de sus ácidos grasos y la textura del helado de cómo sean los cristales de hielo que se forman al fabricarlos. El cascarón del huevo es carbonato cálcico cristalino al igual que las conchas de los moluscos, del coral y las perlas.

La inmensa mayoría de los fármacos que tomamos son productos cristalinos y para comprender cómo funciona la vida se ha de tener cristales de proteínas.

García Ruiz tiene como principal campo de estudios los fenómenos de auto-organización de estructuras biológicas y geológicas con implicaciones desde el origen de la vida, la descodificación de minerales y la fabricación de nuevos materiales. “Seguimos estudiando la mina, lo interesante es que Naica está viva”, dijo el multipremiado investigador, quien ingresó como miembro correspondiente a la AMC, el 24 de abril del 2013.

Como parte del apoyo educativo al Año Internacional de la Cristalografía, el documental tiene acceso libre en todo el mundo y su versión en español está en http://bit.ly/14HTdlm

En la proyección de “El misterio de los cristales gigantes”, estuvo presente José Franco, expresidente de la AMC y titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien destacó la relevancia de conocer parte de las entrañas de la mina Naica, ubicada en Chihuahua, porque “permite a niños, jóvenes y adultos aprender sobre elementos únicos que hay en el mundo y en nuestro país”.

Aprovechó la presencia de la numerosa audiencia para informar sobre la próxima edición de La noche de las estrellas, a realizarse el 29 de noviembre, la cual tiene como tema El Universo según el cristal con que se mira, motivado por el Año Internacional de la Cristalografía, proclamado por la ONU para reconocer que la comprensión material de nuestro mundo se debe en particular a esta ciencia.

Entre los aspectos que también resaltó García Ruiz, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, es poder trasmitir a los jóvenes principalmente, que hacer ciencia requiere trabajo y empeño, que se disfruta y lleva tiempo, que requiere de labor de campo y experimentación en los laboratorios, pero también es muy divertida.

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