Como en un cuento de hadas, en un lugar muy, muy lejano, Rosetta despertó y desde allá dijo “Hello World” a las 18:18 del GMT.

La sonda Rosetta, la bella durmiente de la Agencia Espacial Europea llamaba a casa después de 957 días de estar en modo de hibernación, tal como debía hacerlo y lograba que su llamada entrase en la primer ventana de oportunidad que se generó.

Aunque la llamada no llegó directamente a casa, si no que la señal fue recibida por la estación terrestre Goldstone de la NASA en California (pero también la primera programada para hacerlo) a las 18:18 GMT; de ahí se confirmó de inmediato en el centro de operaciones espaciales de la ESA en Darmstadt y el éxito despertar de Rosetta se anunció al mundo a través de su cuenta de Twitter @ESA_Rosetta, donde twitteó: «¡Hola, mundo».

Ahora la órbita de Rosetta la ubicó a ‘tan sólo’ 673 millones de kilómetros del Sol, una distancia a la que ya vuelve a recibir suficiente energía solar para alimentar a todos sus sistemas y por eso se desplegó.

Rosetta se encuentra a unos 807 millones de kilómetros de la Tierra, lo que implicó que su señal tardase unos 45 minutos en llegar hasta las estaciones de seguimiento.

«Tenemos nuestro cazador de cometas de vuelta», expresa Álvaro Giménez, Director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.

«Después de un día tenso estamos absolutamente encantados de tener a nuestra nave espacial despierta y de nuevo en línea», añade Fred Jansen, director de la misión Rosetta de la ESA.

Los cometas están considerados los «ladrillos» primitivos del Sistema Solar, y los objetos que, muy probablemente, contribuyeron a fertilizar la Tierra con agua y tal vez incluso con los ingredientes de la vida. Pero siguen pendientes de resolver muchas cuestiones fundamentales acerca de estos enigmáticos cuerpos, y gracias a su estudio in situy muy completo del cometa  67P/Churyumov-Gerasimenko Rosetta contribuirá a resolverlos.  

«Todas las otras misiones de cometas han sido sobrevuelos, la captura de momentos fugaces en la vida de estos cofres del tesoro de hielo», dice Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta de la ESA. «Con Rosetta, vamos a realizar un seguimiento de la evolución de un cometa sobre una base diaria y durante más de un año, que nos da una visión única de la conducta de un cometa y en última instancia, que nos ayuda a descifrar su papel en la formación del Sistema Solar.»

Pero primero, los controles de salud esenciales en la nave espacial se deben completar. Solo entonces los once instrumentos del orbitador y diez del módulo de aterrizaje se encenderán y se preparan para estudiar el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

A mediados de 2011 la sonda entró en estado de hibernación para ahorrar energía mientras se adentraba en el espacio profundo hasta la órbita de Júpiter.

Antes de ‘dormir’ se orientó de forma que sus paneles solares apuntasen siempre hacia el Sol y empezó a girar sobre sí misma una vez por minuto para mantener la estabilidad. Los únicos sistemas que quedaron encendidos fueron la computadora de a bordo y varios calentadores.

La sonda Rosetta se lanzó desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou (Guayana Francesa) el 2 de marzo de 2004. Desde entonces se ha acercado tres veces a la Tierra y una a Marte para ganar velocidad e impulsarse hacia su objetivo. De camino ha estudiado los asteroides Steins en 2008 y Lutetia en 2010.

El objetivo inicial de esta misión era el cometa 46P/Wirtanen, pero debido al retraso del lanzamiento original en enero de 2003, hubo que elegir un cometa alternativo: 67P/Churiumov-Guerasimenko, un objeto rectangular de aproximadamente 2 x 4 kilómetros.

A mediados de 2014, Rosetta comenzará a orbitar alrededor del cometa durante varios meses a medida que se acerque al Sol. Después, se lanzará un pequeño módulo de aterrizaje, recientemente denominado Philae, que aterrizará en la superficie del gélido 67P/Churiumov-Guerasimenko.

Los instrumentos científicos de la nave permitirán analizar su superficie, su composición y datos de temperatura, así como analizar los gases y el polvo emitido desde el núcleo y su interacción con el viento solar.

 Se espera que Rosetta envíe las primeras imágenes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en mayo, cuando la nave esté aún a 2 millones de kilómetros de distancia de su objetivo. Hacia finales de mayo la nave llevará a cabo una importante maniobra tras la que quedará colocada en la posición correcta para  su crítico encuentro con el cometa en agosto.

Tras el encuentro, Rosetta empezará dos meses de mapeo extensivo de la superficie del cometa y hará también importantes mediciones de su gravedad, masa y forma. Observará además su coma, su atmósfera de polvo y gas. La nave también analizará el ambiente de plasma del cometa, y su interacción con el viento solar.

Con estos datos los científicos escogerán un sitio de aterrizaje para el módulo de aterrizaje de la misión, Philae. El aterrizaje está previsto para el 11 de noviembre: será la primera vez que se intente el aterrizaje en un cometa. 

 
De hecho, dado que la gravedad del núcleo de un cometa de 4Km de diámetro es prácticamente despreciable, Philae tendrá que usar arpones  para evitar rebotar hacia el espacio cuando llegue a la superficie.

Entre las muchas medidas científicas que tomará, Philae enviará a la Tierra imágenes panorámicas de su entorno, así como imágenes en alta resolución de la superficie. También analizará in situ la composición de los hielos y el material orgánico del cometa, perforando a 23 cm bajo la superficie y tomando muestras.

Después el foco de la misión pasará a ser la fase de «escolta», en la que Rosetta permanecerá junto al cometa a medida que se acerca al Sol, vigilando las condiciones cambiantes de la superficie del cometa a medida que se calienta y el hielo se sublima. 

El cometa alcanzará su máximo acercamiento al sol el 13 de agosto de 2015, a una distancia de 185 millones de kilómetros, aproximadamente entre las órbitas de la Tierra y Marte. Rosetta seguirá al cometa el resto de 2015, a medida que se aleja del Sol y su actividad disminuye.

“Tenemos por delante muchos desafíos a medida que exploramos el territorio desconocido del  cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, y estoy seguro de que habrá muchas sorpresas. Pero hoy por hoy estamos simplemente muy contentos de estar al habla de nuevo con nuestra nave”, ha dicho Matt Taylor.  

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