Terremoto del 85 en la ciudad de México-Archivo de Excelsior

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El doctor Javier Nieto Gutiérrez, director de la Facultad de Psicología de la UNAM, sostuvo que luego de las lecciones que dejó el sismo de 1985, es necesario formar grupos de expertos organizados que intervengan con oportunidad con el fin de contener las crisis psicológicas que disparan desastres naturales como los terremotos, inundaciones y sequías, o aun los ocasionados por la violencia.

Estos grupos tendrían que identificar «cuáles son las recomendaciones que están basadas en evidencias, qué es lo que funciona, elegir las mejores formas de intervención, algunas breves para atender el conflicto emocional que está ocurriendo en el momento y posteriormente abarcar los problemas de la recuperación de bienestar psicosocial de las personas afectadas que quedan marcadas con muchos miedos aún después de muchos año, dijo el especialista.

«Hoy en día -añadió- aún existen personas en la Ciudad de México que vivieron el sismo de hace 30 años y que con cualquier sismo entra en pánico».

Nieto Gutiérrez, presidente de la asociación civil Colegio Nacional de Psicólogos,  quien impartirá la conferencia titulada “Impacto psicosocial” en El Colegio Nacional, como parte del programa del simposio A 30 años del ’85, que se realizará los días 23 y 24 de septiembre, aceptó que los simulacros de sismos son una medida importante para saber cómo reaccionar ante fenómenos como esos.

«Pero cuando hablamos de efectos o costos psicosociales no hay ningún tipo de organización, porque estos no ocurren inmediatamente; al principio lo que se ve en la gente es el pavor y el miedo pero otros trastornos empiezan a ocurrir meses o años después, el efecto se extiende en el tiempo».

Otra de las acciones que en el Distrito Federal se tienen que hacer, porque es muy probable que un sismo como el de 1985 vuelva a ocurrir, es estar preparados para hacer lo que en esos momentos se tiene que hacer.

«Sabemos que la severidad del desastre, su duración y la magnitud de la pérdida de vidas influyen sobre el impacto psicológico. Es común observar que después de la catástrofe siga un periodo en el que se rememora la experiencia (…) Se dan episodios de ansiedad, insomnio, trastornos somáticos con base psicológica, como los trastornos por estrés postraumático.

Para medir los efectos e intervenir exitosamente, el doctor Javier Nieto mencionó que la ONU y otras organizaciones humanitarias globales tienen mucha experiencia, porque están siempre atendiendo crisis humanitarias en el mundo: «Lo que ya existe son guías sobre cómo reaccionar y qué se debe de hacer en esas circunstancias».

(AMC)

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