La innovación y sus enemigos

La innovación y sus enemigos


Uno pensaría que los inventos más revolucionarios e importantes que transformaron a la humanidad y su forma de pensar fueron recibidos con los brazos abiertos en la sociedad por las facilidades que traían consigo, pero el camino de la innovación nunca ha sido, ni es, ni será sencillo.

En su libro Innovation and It´s Enemies, Calestous Juma, experto en innovación y cooperación internacional de la Universidad Harvard,  nos lleva de la mano para recorrer la historia de algunas de las innovaciones que moldearon nuestra historia, desde las más célebres como la imprenta y la electricidad, hasta las más eclécticas como la margarina y un salmón genéticamente modificado.

Todos los científicos y emprendedores que piensen que para innovar solo requieren tener una buena idea y desarrollarla, deben saber que muchas de las tecnologías reinantes que damos por sentadas han experimentado momentos de tensión social y amenazas para continuar creciendo, de hecho, en este sentido el fracaso tecnológico es la norma y no la excepción.

¿Qué hace que ciertas tecnologías triunfen y otras no?

Una de las ideas centrales que Juma presenta en su libro, se basa en el concepto del economista austriaco Joseph Schumpeter “Destrucción Creativa”. De acuerdo con Shumpeter, el capitalismo es un sistema que evoluciona constantemente, lo que conlleva a que siempre haya cambios, mismos que requieren la destrucción de algo viejo que es reemplazado por algo nuevo.

El proceso de destrucción nunca es sencillo, las personas se resisten al cambio porque están felices con lo familiar y las nuevas tecnologías terminan reconfigurando su estructura social. Es labor de las instituciones y los líderes no solo encontrar formas de insertar los nuevos inventos en las prácticas sociales y encontrar legislaciones y organismos que los regulen, sino reeducar a las personas para que los acepten con mayor facilidad.

Los cambios pueden impactar en diferentes áreas, una de las más importantes es la laboral, no solo porque una máquina pueda reemplazar la mano de obra, sino porque las personas deberán capacitarse de nuevo, y sus conocimientos actuales se volverán obsoletos. Se ha probado que las tecnologías digitales pueden tener repercusiones valiosas en la enseñanza pero miles de profesores aún se encuentran reticentes a usarlas.

Hay otras razones económicas por las que una nueva tecnología podría encontrar resistencia. Veamos el caso de la mantequilla durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Cuando los productores por fin encontraron formas de fabricarla en masa y surgieron las primeras fábricas, aumentó su demanda y los precios subieron. A la par de esto, inventaron en Holanda la margarina, un producto muy parecido pero creado con aceites vegetales lo que la volvía más económica. La margarina encontró resistencia en el mercado porque amenazaba con tirar abajo a toda la industria a la que buscaba reemplazar: la de la mantequilla.

Cuando se suscitan problemas de este tipo comienza entonces una campaña de desprestigio que se manifiesta en una guerra de desinformación; ambos bandos buscan desacreditar  a su contraparte, y lo hacen con información falsa y apelando a las creencias y miedos de las personas.

Los musulmanes rechazaban la imprenta y la reproducción en ella del Corán bajo la leyenda de que los impresores serían inexactos, o que usaban productos derivados del cerdo para obtener su materia prima. Aquellos que estaban en contra de los primeros refrigerados apelaban al instinto protector de las amas de casa al decirles que sus carnes y frutas se conservarían mejor en el ambiente húmedo de las cajas y bodegas frías (hechas con hielo importado); y ya no hablemos de la guerra de las corrientes cuando la electricidad llegó a la sociedad, aunque Thomas Edison sabía que la corriente alterna era mucho mejor que su corriente continua, contribuyó a la creación de la silla eléctrica (que usaba corriente alterna) con tal de desprestigiar a su competidor.

Otro factor de rechazo es que el invento en cuestión amenaza con transformar el modo de vida del lugar que impacta. Los musulmanes, de acuerdo con Juma, realmente le temían a la imprenta porque amenazaba su sistema de enseñanza oral del Corán y el café fue condenado no porque fuera peligroso sino porque a raíz de su descubrimiento surgieron las cafeterías, lugares en donde se reunían personas de todas las clases sociales para discutir asuntos políticos y el régimen respectivo las veía como lugares de agitación social.

El odio a las innovaciones, sin embargo, puede traer cosas buenas, entre ellas que los ingenieros perfeccionen el invento al tratar de arreglar todas las fallas mencionadas por sus opositores. Cuando a la margarina le prohibieron usar colorante amarillo para que los consumidores pudieran diferenciarla de la mantequilla, sus productores dieron con un aceite vegetal que producía el color por sí solo.

Innovación en el mundo globalizado

Para que una innovación sea exitosa debe mejorar un servicio ya establecido en lugar de querer competir y reemplazar a toda una industria. A su vez, los líderes sociales deben de estar bien informados sobre la tecnología y sus posibles consecuencias para poder regular su desarrollo y consumo y crear puentes entre innovadores y la sociedad; deben de contar para ello con algún departamento o asesor científico que analice el fenómeno y también deben de encontrar maneras de acercar a la sociedad los detalles de la tecnología dejando de lado toda la jerga científica que vuelve al conocimiento inaccesible.

El descubrimiento de un gen que se le puede insertar al salmón para que crezca más rápido resolvía el problema de la escasez de pescado pero sufrió muchas trabas por las preocupaciones éticas sobre el esparcimiento descontrolado de organismos genéticamente modificados que puede traer consecuencias aún desconocidas en el ecosistema. Lo mismo ocurre con las plantas genéticamente modificadas.

Al final, es necesario que quienes elaboren las políticas en el futuro pongan mayor atención a la disyuntiva entre el ritmo de la innovación y el paso tan lento con el que se adaptan las instituciones a ella.

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