Fabricante de máscaras, fotografía en autocromo Lumière

Fabricante de máscaras, fotografía en autocromo Lumière


Los hermanos Lumière (Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean) con su invento del cinematógrafo montaron un negocio de filmación de eventos y otros acontecimientos, lo cual les dejó muy buenos dividendos.

Pero también estaban convencidos de que el cinematógrafo era un invento sin futuro, por lo cual ya no siguieron mejorándolo.

En 1903, patentaron un proceso para realizar fotografías en color denominado el Autochrome Lumière (o Autocromo), el cual también fue -paradójicamente- su punto de separación.

Sus intereses ya no eran los mismos, pues Auguste Lumière se empeño en seguir estudios de bioquímica y fisiología y Louis Lumière continuó experimentando e inventó el photorama y la fotografía en relieve. Fue nombrado doctor honoris causa en la Universidad de Berna.

Aún así el 10 de junio de 1907 en la revista L’Ilustration de París se preentaron las primeras fotografías en color captadas, ante un auditorio de unos 600 integrantes, atraídos por la fama que les precedía a los Lumière.

El autocromo ffue el principal modo de tomar imágenes a color, hasta que se desarrolló  la película de color sustractivo a mitad de los años 30.

Las placas autocromas constaban de un mosaico de microscópicos granos de almidón, usualmente fécula de papa, sobre la base de una película en blanco y negro. Los granos eran teñidos de color naranja, verde y morado, actuando de esta forma como filtros de color. Tras el procesado de la placa surgían los colores complementarios.

De esta forma, sobre una emulsión pancromática normal para blanco y negro se depositaba una capa de la mezcla de almidón con teñidos en los tres colores primarios: azul, amarillo y magenta (o naranja, verde claro y morado). Esta pantalla actuaba como filtro selectivo del color durante la exposición, produciendo diferentes densidades de los mismos en la imagen dependiendo del color real y su intensidad. Tras el procesado de la placa surgían los colores complementarios. Una vez concluido el proceso de revelado y fijado se invertía la imagen para obtener un positivo; todo ello en la misma placa. Tras revelar y positivar, la observación a la luz blanca a través de la misma pantalla de filtraje producía una aceptable impresión en color.

Las placas autocromas son piezas únicas, pues no existen negativos para obtener copias. Son placas positivas, transparentes.

Los comentarios están cerrados.