La radiación aumenta el riesgo de morir de leucemia incluso a dosis bajas

Las exposiciones a dosis bajas son típicas de las exposiciones ambientales u ocupacionales, como las recibidas por los trabajadores de centrales nucleares. / Foro nuclear


Un estudio coordinado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), el organismo especializado de la Organización Mundial de la Salud, muestra que la exposición prolongada a dosis bajas de radiación ionizante puede causar leucemia.

El trabajo, publicado hoy en la revista The Lancet Hematology, muestra que el riesgo de muerte por leucemia aumenta linealmente con las dosis de radiación. Las exposiciones a dosis bajas son típicas –además de en ciertas pruebas médicas– de las exposiciones ambientales u ocupacionales, como las recibidas por los trabajadores de centrales nucleares.

«Hasta la fecha, este estudio proporciona la evaluación más precisa del riesgo de leucemia relacionado con dosis bajas y prolongadas de radiación recibida por los trabajadores de centrales nucleares durante toda su carrera», explica Ausrele Kesminiene, coautor del estudio y experto de la IARC.

La investigación, liderada por científicos de todo el mundo –entre ellos investigadores españoles– que colaboraron en el Estudio Internacional de Trabajadores Nucleares (INWORKS, por sus siglas en inglés), evaluó las exposiciones de más de 300.000 trabajadores nucleares en Francia, Reino Unido y EE UU durante un período de tiempo comprendido entre 1943 y 2005.

El estudio evaluó el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como leucemia, linfoma y mieloma múltiple. Los resultados ponen de manifiesto una fuerte asociación positiva entre la exposición a la radiación y el riesgo de muerte por leucemia ionizante.

Además, el riesgo asociado con la exposición varía con el tipo de leucemia. Por ejemplo, fue mayor para la leucemia mieloide crónica, mientras que no aumentó la probabilidad para la leucemia linfocítica crónica. En el caso del mieloma múltiple o linfoma, el estudio muestra una débil relación entre la exposición a la radiación ionizante y el riesgo de muerte.

«Las normas actuales utilizadas para la protección contra las radiaciones siguen basándose principalmente en las exposiciones a dosis altas, derivadas de estudios basados en supervivientes de las bombas atómicas en Japón», apunta Christopher Wild, director de la IARC.

«Esta evaluación de los efectos cancerígenos de la exposición a dosis bajas fortalece las pruebas sobre las medidas de protección radiológica básicas. Estos nuevos hallazgos son importantes al considerar la exposición a la radiación en diferentes escenarios, incluyendo el uso en el diagnóstico médico», concluye Wild.

Referencia bibliográfica:

The Lancet Hematology

(SINC)

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