Erick Isaac Navarro Delgado, Diego Alonso Echánove Cuevas, Juan Gerardo Gutiérrez Bravo y Daanae Eloísa Jasso Meléndez- Foto, Luis Contreras

Erick Isaac Navarro Delgado, Diego Alonso Echánove Cuevas, Juan Gerardo Gutiérrez Bravo y Daanae Eloísa Jasso Meléndez- Foto, Luis Contreras


Con porras, banderitas, silbatos y una pancarta con la leyenda “Bienvenidos”, familiares y amigos recibieron la mañana del domingo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a los estudiantes mexicanos que ganaron una medalla de oro, una de plata y dos de bronce en la X Olimpiada Iberoamericana de Biología, que se llevó a cabo en la ciudad de Brasilia, Brasil, del 11 al 16 de septiembre.

 

Jóvenes de Baja California, Ciudad de México y Nuevo León pusieron en alto el nombre de México al competir con otros estudiantes de 12 países de Iberoamérica.

 

El grupo de jóvenes ganadores, que recién ingresaron al nivel universitario en distintos centros de educación superior, son: Erick Isaac Navarro Delgado, de 18 años, estudiante de la carrera de biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, obtuvo medalla de oro; Diego Alonso Echánove Cuevas (18), del Tecnológico de Monterrey, cursa la licenciatura de biotecnología, ganó presea de plata; Juan Gerardo Gutiérrez Bravo (18), de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, de la carrera de biología marina, y Daanae Eloísa Jasso Meléndez (17), de la Universidad Autónoma de Nuevo León, estudiante de biotecnología genómica, obtuvieron cada uno medalla de bronce.

 

La coordinadora de la Olimpiada Nacional de Biología de la Academia Mexicana de Ciencias, Cristina Revilla Monsalve, indicó que se trató de una muy buena experiencia pese a que en esta ocasión los exámenes teóricos fueron más difíciles que en otros años, ya que se aplicaron en portugués y por el propio diseño de la prueba.

 

“Tuvimos que ayudar a los estudiantes a responder en portugués. Algunas partes de los exámenes se tuvieron que rehacer porque había preguntas abiertas que se debían contestar en ese idioma y entre todos hicimos la traducción. Terminamos de trabajar las pruebas teóricas hasta la mañana del día siguiente. Nos costó trabajo, pero los resultados fueron muy buenos”.

 

En el Instituto de Ciencias Biológicas de Brasilia se realizaron los exámenes teóricos y las pruebas prácticas. Parte del temario fue sobre biología celular, anatomía y fisiología vegetal, anatomía y fisiología animal, biosistemática, ecología, genética y etiología. Entre las pruebas que realizaron fue medir el potencial hídrico de unas células de papa y sembrar cultivos.

 

Para Erick Navarro más importante que la medalla de oro fue la experiencia. “Es muy padre el intercambio cultural, los amigos que se hacen, conocer otra ciudad y estoy muy agradecido por ello. A esta edad muchas veces no sabemos qué es lo que queremos y es muy importante este tipo de programas pues nos ofrecen oportunidades para destacar, para apasionarnos y entrar de lleno al mundo de la ciencia. Someterse a retos difíciles es el tipo de cosas que nos hacen crecer como personas y estudiantes.”

 

Por su parte, Diego Echánove señaló que “fue una competencia súper suave. La convivencia fue muy bonita porque desde el primer día que llegamos ya estábamos platicando con todos, tocando la guitarra, cantando, hasta nos pusimos a bailar. Intercambiamos nuestros números telefónicos y nos agregamos a redes sociales para seguir en contacto”. Este fue el último año en el que Diego podrá participar, se ofrecerá como colaborador para que nuevas generaciones se interesen y participen en estas competencias.

 

“Recomiendo a los jóvenes a que se animen; la primera vez que yo lo intenté llegué a la etapa nacional y no gané nada, este fue mi segundo intento y obtuve medalla de plata en la internacional regional. Conozco a mucha gente que estuvo a punto de rendirse, pero le siguió. La satisfacción es que se dan muchas cosas muy bonitas como la convivencia con personas de otros países”.

 

Daanae Jasso comentó que “los exámenes teóricos estuvieron pesados y los prácticos lo fueron un poco menos; y la sede, Brasilia, para disfrutar la riqueza de su arquitectura. Tuvimos la oportunidad de visitar palacios de gobierno, museos, una reserva ecológica, el Jardín Botánico y el Parque Nacional de Brasilia. Fue bastante lindo”.

 

Mientras que para Juan Gutiérrez la experiencia fue inolvidable, porque “todas las delegaciones de Latinoamérica, así como España y Portugal tienen muy en alto a nuestro país. Me enorgullece haber representado a mi país en esta competencia y ser mexicano. Me fue muy bien en todos los exámenes menos en el práctico de biología celular. En el teórico de ocho horas me fue muy bien. Ahora seguiré participando como asesor para que otras personas puedan ganar y lograr lo que yo he logrado por México”.

 

Una de las anécdotas que marcaron a esta décima edición de la Olimpiada Iberoamericana de Biología fue que Brasil, por los problemas económicos que enfrenta, retiró algunos de los apoyos que había acordado. Los organizadores solicitaron apoyo en las embajadas de los países participantes para la cena de clausura y la embajada de México fue la que ofreció la cena el 16 de septiembre.

 

“Nos tocó dar el grito de la Independencia de México. En la ceremonia cantó Tania Libertad, hubo mariachis, nos dieron comida mexicana, estuvo perfecto. El cierre del evento estuvo padrísimo, todos los países estaban fascinados. Hubo jóvenes españoles que decían ‘queremos ser mexicanos”, relató la doctora Cristina Revilla, integrante de la AMC.

 

El palmarés de México en este certamen es de ocho medallas de oro, 12 de plata y 18 de bronce.

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