Probarán en monos una nueva estrategia para la vacuna brasileña anti-VIH


Tras los resultados alentadores obtenidos en las primeras pruebas realizadas en monos el año pasado, la vacuna brasileña contra el VIH, que se encuentra en desarrollo a cargo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), del Instituto del Corazón (Incor) y del Instituto Butantan, pasará por una nueva etapa de experimentos de inmunización mediante la utilización del mismo tipo de animales.

El objetivo de las nuevas pruebas consistirá en evaluar una nueva estrategia de administración de la vacuna: en lugar de inyectarse el antígeno directamente en el organismo de monos, tal como se lo hizo en las pruebas anteriores, se lo insertará en el genoma de virus incapaces de provocar infecciones (atenuados), tales como el de la vacuna de la viruela y adenovirus de chimpancé, con el fin de aumentar la respuesta inmune a la vacuna.

No obstante, aún no existe una previsión para el comienzo de las pruebas, pues, para realizarlas, será necesario instalar una unidad de laboratorio con un alto nivel de bioseguridad en las dependencias del Instituto Butantan.

“Será necesario contar con instalaciones con nivel 2 de bioseguridad para la realización de las pruebas con esos vectores virales, pues, especialmente en el caso del adenovirus de chimpancé, si bien no logra replicarse, existe la posibilidad de que el vector se recombine con adenovirus silvestres presentes en la población de monos que participarán en los experimentos, y así podría reactivarse, es decir, convertirse en un virus con capacidad de replicación”, dijo Edecio Cunha Neto, docente de la Facultad de Medicina de la USP, en declaraciones a Agência FAPESP.

“Por eso las pruebas deben hacerse en instalaciones con un alto nivel de bioseguridad, donde se adoptarán medidas tendientes a impedir a salida de los virus atenuados y de adenovirus de chimpancé”, explicó Cunha Neto, quien es uno de los principales investigadores del proyecto, que se lleva adelante en el ámbito del Instituto de Investigación en Inmunología, uno de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCTs), que cuentan con el apoyo de la FAPESP y del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) en São Paulo.

El proyecto de las instalaciones, a cargo de una empresa estadounidense, y en el cual se utilizarán contenedores especialmente adaptados para alojar a los animales y realizar los experimentos, ya se encuentra listo y ahora se aguarda la aprobación de los costos para su puesta en marcha.

“La construcción hasta la entrega de las instalaciones se extenderá durante alrededor de seis meses, y entonces sí, podremos empezar a hacer las pruebas”, afirmó Cunha Neto.

 

La mejor combinación

De acuerdo con el investigador, el objetivo de los nuevos experimentos consistirá en evaluar cuál es la mejor combinación de la vacuna con los vectores virales.

A tal fin, se probará la vacuna combinada con los vectores virales tanto aisladamente como juntos.

Luego de inmunizárselos con la vacuna con uno o más vectores virales, también se les aplicarán a los animales dosis de otra vacuna que está desarrollando el grupo del inmunólogo brasileño Michel Nussenzweig en la Rockefeller University de Nueva York, elaborada con una proteína recombinante del sobre del VIH –la proteína de la parte externa del virus–, llamada gp 140, que es la responsable del ingreso del virus en las células.

“Queremos saber por medio de este test si la inmunización previa con nuestra vacuna es capaz de dotar de una respuesta más potente a nivel celular a su componentes, como así también aumentar la producción de anticuerpos contra la proteína gp 140”, dijo Cunha Neto.

“Los anticuerpos contra la proteína gp 140 pueden recubrir al VIH y dificultar la entrada del virus a las células”, explicó.

Luego de definir la mejor fórmula de la vacuna con vector viral, los científicos brasileños pretenden desarrollar, en colaboración con colegas del Comisariado de Energía Atómica y Energías Alternativas de Francia (CEA, por sus siglas en francés), otra vacuna con un “dibujo” muy similar al que están elaborando para combatir al VIH, pero utilizando antígenos del virus de la inmunodeficiencia en simios (VIS), que dio origen al VIH.

Para ello, los investigadores pretenden concretar un desafío infeccioso en el cual evaluarán la eficacia de ambas vacunas para contener la infección del VIS en monos.

“La idea es definir cuál es el mejor protocolo de administración de la vacuna y luego evaluar si ese protocolo protege efectivamente al animal. Si los resultados son exitosos, la vacuna estará lista para la realización de ensayos clínicos en fase I [cuando se evalúan su seguridad y su tolerancia en un pequeño grupo de pacientes]”, dijo Cunha Neto.

Según el investigador, para la realización de un ensayo clínico en fase I sería necesario concluir tan sólo la etapa de pruebas con vectores virales.

El ensayo siguiente se concretará en colaboración con investigadores del CEA, pero puede ser una preparación para un ensayo clínico en fase III, por ejemplo, que involucra a miles de personas y costos del orden de los 100 millones de dólares.

“Para realizar ese tipo de ensayos clínicos es necesario recabar evidencias en modelos animales de que la posible vacuna puede funcionar”, dijo Cunha Neto.

 

Lo que marca la diferencia

De acuerdo con el investigador, actualmente se están llevando a cabo alrededor de 30 ensayos clínicos en humanos de posibles vacunas contra el VIH en Estados Unidos y en Europa: la mayoría de ellos se encuentran en fase 1 ó 2, es decir, adelantados con respecto a la vacuna brasileña.

Una de las diferencias de la vacuna brasileña, según el científico, reside en que es la única que se destina a inducir respuestas de linfocitos T de tipo CD4 o TCD4, las células más importantes del sistema inmunológico y el principal blanco del VIH.

“Hay evidencias crecientes de que esas células son responsables de la activación de linfocitos T de tipo CD8, productores de toxinas que matan a las células infectadas por el VIH. Asimismo, también accionan a los linfocitos B, productores de anticuerpos”, explicó.

Los 18 fragmentos de ADN del virus VIH que componen la vacuna que desarrollan los científicos brasileños son reconocidos fácilmente por los linfocitos TCD4, que a su vez ayudan en la activación de los linfocitos TCD8 del sistema inmune.

Los macacos Rhesus que participaron en el primer test experimental de la vacuna el año pasado, por ejemplo, mostraron una fuerte respuesta de los linfocitos TCD4, afirmó Cunha Neto.

“Los resultados de las primeras pruebas en monos de la vacuna de ADN [mediante la inyección de fragmentos del virus VIH en el organismo] fueron sorprendentes, pues ese tipo de vacuna no suele presentar una buena respuesta en primates y humanos”, afirmó.

“Esperábamos una respuesta análoga o más baja a la que obtuvimos en las pruebas con ratones. Sorprendentemente, la respuesta en los macacos fue entre cinco y diez veces mayor”, comparó.

(AGENCIA FAPESP/DICYT)

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