Nubes sobre el mar de Okhotsk, NASA Goddard_MODIS

Nubes sobre el mar de Okhotsk, NASA Goddard_MODIS


El 24 de mayo de 2013 se registró un terremoto de 8,3 grados en la escala de Richter, originado en el fondo del mar de Okhotsk (Rusia); su causa sigue siendo un misterio. Un estudio publicado en septiembre de 2013 y publicado en Science reveló que este fenómeno, ocurrió a unos 609 metros de profundidad, con una potencia 36 veces superior a la liberada por la bomba atómica de Hiroshima, equivalente a la explosión de 36 millones de kilogramos de dinamita y produjo una grieta de 180 kilómetros, la más larga conocida.

Los autores del trabajo, integrantes de la Universidad de California en Santa Cruz, el Instituto de Tecnología de California y la Universidad de Utah (EEUU), analizaron las ondas sísmicas emitidas durante el evento, que fueron captadas por Miles de estaciones de todo el mundo registraron el temblor de tierra al propagarse por la roca.

Los investigadores, compararon los resultados con los datos de un terremoto de características similares ocurrido en Bolivia en el año 1994 y encontraron que la energía liberada triplicó la de Bolivia.

El área y la velocidad de ruptura también fueron mucho mayores que durante el fenómeno anterior. El enorme agujero que produjo el fenómeno constituye una falla, un deslizamiento de dos placas tectónicas –las piezas que constituyen la corteza terrestre–, con una velocidad de ruptura de unos 9.000 kilómetros por hora, datos que se asemejan más a terremotos superficiales que a temblores profundos. El terreno se movió hasta 10 metros.

Los expertos atribuyeron las grandes diferencias entre los dos fenómenos a las variaciones en la edad y la temperatura de la lámina subyacente. La placa del Pacífico se hunde bajo el mar de Okhotsk y es mucho más fría que la placa donde se produjo el terremoto de Bolivia en 1994.

“Cómo ocurren estos sismos es una incógnita”, aseguró en su momento Thorne Lay, uno de los autores del trabajo. Los expertos aún se preguntan cómo puede una roca deslizarse sobre otra tan rápido mientras está siendo comprimida por 609 kilómetros de material.

El investigador afirma que entender la naturaleza de estos fenómenos es clave para prevenir otros movimientos de tierra que puedan causar daños.

Movimientos a gran profundidad

Los movimientos de tierra profundos tienen lugar en la zona de transición entre el manto superior y el inferior, que se encuentra entre 400 y 700 kilómetros bajo la superficie. Son el resultado de la tensión ejercida sobre una placa subyacente cuando una lámina de la corteza terrestre se desliza bajo otra.

Normalmente, este tipo de terremotos no ocasionan un temblor suficientemente potente en la superficie para que pueda suponer ningún peligro, pero tienen un gran interés científico.

Referencias bibliográficas:

Lingling Ye, Thorne Lay, Hiroo Kanamori, Keith D. Koper. “Energy Release of the 2013 Mw 8.3 Sea of Okhotsk Earthquake and Deep Slab Stress Heterogeneity”, Science, 19 de septiembre de 2013.

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