En México las perspectivas de trabajo para los antropólogos no son muy alentadoras, en este contexto es que el antropólogo debe fijarse nuevas metas, destacó el etnólogo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Eckart Boege, durante su intervención en el Foro Estudiantil de Antropología realizado en la Unidad de Humanidades.

“¿Cuál es el papel del antropólogo en el siglo de la sexta gran extinción de la especie?”, cuestionó Boege a los estudiantes, “estamos en el antropoceno y es necesario replantearnos cuál es nuestro papel en esta época”, argumentó.

La ecología, dijo, las políticas de crisis socio-ambiental, la primera gran extinción lingüístico-cultural, son procesos que se han dado en América y en otras partes del mundo de forma más acelerada incluso que la propia extinción de especies naturales, son puntos que no deben quedar sobre el tintero.

Cambio climático y efectos globales en México son algunos de los temas que también necesitan ser abordados de forma seria, “hay que hacer estudios formales de lo que pasa ahora, no de lo que ya fue, en el caso de México basta mencionar las dos grandes disputas que se enfrentan ahora: la desterritorialización y la reterritorialización de los pueblos indígenas y campesinos.

”Estos territorios son centros de origen y diversidad biocultural que pueden funcionar como alternativas de desarrollo regional endógeno bajo la estrategia del buen vivir.”

En este contexto, dijo, el cambio climático constituye el mayor fracaso del mercado jamás visto en el mundo e interactúa con otras imperfecciones del mercado. “La muerte térmica del planeta se manifiesta en amenazas cotidianas, por ello es necesario generar una imaginación sociológica que puede aliarse en la construcción de la sustentabilidad. La nueva disputa es por los recursos naturales; en el caso de Veracruz, el problema son los huracanes y tormentas generados por un túnel de temperatura que produce un embudo, esto no se puede detener y la entidad no está preparada para amortiguar la situación de los huracanes”, señaló.

El modelo extractivista, enfatizó, copiado de países como Brasil, puede llevar a México a una desterritorialización y reterritorialización enfocadas en la industria del campo, “para favorecer los agronegocios que a la larga serán invadidos por empresas extranjeras, como es el caso de la presa que se construirá en Jalcomulco.

Finalmente dijo que todos estos procesos hay que estudiarlos para poder detenerlos o por lo menos manejarlos, es una veta de oportunidad para los científicos sociales que se está dejando ir.

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