Egresada de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV) con la especialidad de Pianista Concertista, doctorada en La Sorbona de París y con tesis sobre la obra del veracruzano Mario Ruiz Armengol, Flora Barrientos manifestó que es importante la conmemoración para el centenario del natalicio de este compositor.
Ruiz Armengol nació en Veracruz, el 17 de marzo de 1914, de modo que, como observa Barrientos, hoy nos encontramos cercanos cronológicamente de una fecha que podría pasar inadvertida para las instancias culturales, a menos que algo se planee ya.
“Desde meses atrás estoy gestionando que se celebre debidamente este centenario”, indicó la pianista. “Es uno de los compositores más importantes del país, y hasta la fecha no encuentro respuesta positiva por parte de las instituciones”.
La joven artista declaró que no son pocos los músicos que han depositado su atención en promover la obra del mencionado, entre ellos se cuentan los pianistas Alejandro Corona, Édgar Dorantes o el fallecido Daniel Villegas, mismos que realizaron diversos registros fonográficos con partituras de Ruiz Armengol.
“Dorantes escribió una suite sinfónica sobre obras de este autor que interpretó la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Tengo entendido que planea trabajar más sobre esa partitura y hacerla más completa, más acorde con la importancia del talentoso músico jarocho”, apuntó Barrientos.
Dijo que en su repertorio tiene mucha música de Ruiz Armengol “y por cuenta propia, dado que nadie muestra interés en esa herencia, he organizado mis recitales con su creatividad. Para noviembre he programado otra serie, en la que incluiré obras como Las frías montañas y Preludio para piano y arpa, que son más o menos conocidas. Pero también interpretaré obras mayormente ambiciosas, en las que muestra otra faceta de su trabajo en la escritura musical. Por ejemplo, sus Reflexiones fueron escritas en la década de 1990 y son obras que muestran un estilo muy maduro”.
En cuanto a obra sinfónica, Barrientos aseguró que no la hay en el listado creativo de Ruiz Armengol, excepción hecha de La calle de los sueños o de su producción para la cinematografía.
“Pero muchas de sus obras para piano fueron ideadas en términos orquestales. No perdamos de vista que estaba muy familiarizado con la instrumentación sinfónica; en la emisora XEW encabezó una orquesta, como también dirigió numerosas agrupaciones sinfónicas. Aquí mismo, en Xalapa, dirigió La calle de los sueños con la Sinfónica Juvenil en el Teatro del Estado. Pero el célebre Arturo Márquez orquestó varias de las Danzas cubanas, unas por encargo del Instituto Nacional de Bellas Artes y otras comisionadas por la Filarmónica de la UNAM, única orquesta que las ha interpretado, y yo pregunto: ¿por qué no la Sinfónica de Xalapa?”
La entrevistada señaló que fue en Xalapa que se publicaron por vez primera las Piezas infantiles en 1986 y por iniciativa de Raúl Ladrón de Guevara. “Esa edición se agotó hace muchos años y no se ha reimpreso. El Instituto Veracruzano de la Cultura publicó en 1990 las Danzas cubanas y también se agotó la edición. Hoy es imposible conseguir la música de este maestro”.
Viene a la mente que un niño de Papantla, en la reciente edición del festival y concurso nacional “Las notas de Guido”, se llevó un primer lugar al interpretar las Sextas tristes, que forman parte de las Piezas infantiles. “Es una partitura de excelente nivel pedagógico, tanto para niños como para los adultos interesados en el aprendizaje del piano”.
En cuanto al estudio del catálogo, Flora indicó que ella ha organizado su propia investigación y ordenamiento de las partituras, “pero no soy la única”. Refirió el caso de una chica que en la UNAM realizó un buen trabajo sobre esto mismo y cuando Ruiz Armengol vivía. El mismo maestro le proporcionó toda la información que necesitaba.
“De lo que no existe un catálogo detallado es de las canciones populares que compuso, pero en lo demás tenemos a la mano todo detalle. Sabemos que escribió más de 200 obras para piano, lo que le ubica en un nivel de importancia similar al de Manuel M. Ponce.”
Su estilo apunta hacia las más variadas tendencias estéticas, y en ello, Flora deposita un especial acento. “Encontramos lo mismo la atmósfera derivada de la influencia del romanticismo de Chopin, giros propios de la música mexicana de salón, de la música francesa o cubana. También escribió partituras atonales. Era un artista de mucho arrojo y, por lo mismo, opinaba que en música todo es posible. Pero sus Miniaturas y Metáforas están en un lenguaje bitonal y atonal; son armonías muy disonantes que quizá no resulten del agrado de algunos, pero es que su oído estaba muy desarrollado. Generalmente lo ubicamos como un creador que se movía sobre los renglones tradicionales, pero no olvidemos que su maestro fue el avanzado Rodolfo Halffter. Los aires de aventura se dan en Ruiz Armengol desde la década de 1940 y es sorprendente que, luego de muchos años –a partir de 1990– decide regresar a esa expresividad”.
Fue Halffter quien le instó para que se convirtiera en compositor, fue el primero que publicó su música (Las frías montañas).
Flora toma en cuenta que en marzo de 2014 también se cumplirá el centenario de Octavio Paz “y el Conaculta apenas está tomando el asunto en sus manos, a marchas forzadas. Si eso ocurre con Paz, ¿qué pasará con Ruiz Armengol?”.
Hay que apuntar hacia el lugar en que nació, Veracruz. Pero existe una serie de inconvenientes: el Teatro Clavijero ya no depende de la asociación Fomento Cultural sino del ayuntamiento. Así, los trámites se vuelven engorrosos y tardados, se cobra el alquiler de la sala y se imponen demasiadas condiciones.
“Mi propuesta es que durante todo el año se conmemore el centenario, que participen todos los difusores de su música y que se involucren las instituciones relacionadas con la cultura a todo nivel: IVEC, UV, Ayuntamiento de Veracruz, etcétera.”