La Reserva de la Biosfera Complejo Lagunar Ojo de Liebre celebró su 45 aniversario de haber sido declarada uno de los primeros santuarios balleneros en el país. El Decreto por el que se le dio este rango se publicó el 14 de enero de 1972.
El decreto de laguna Ojo de Liebre reafirmó el compromiso de México ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI), de proteger y conservar a los mamíferos marinos.
La Reserva de la Biosfera Complejo Lagunar Ojo de Liebre, integrada por tres lagunas costeras: Manuela, Guerrero Negro y Ojo de Liebre, se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, que se ubica sobre la costa occidental del Pacífico mexicano, en el municipio de Mulegé, Baja California Sur.
El director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) de la Península de California y Pacífico mexicano, el biólogo Benito Bermúdez Almada, aseveró que el sitio es el perfecto modelo de sustentabilidad en donde coinciden las actividades: socio-económica, académica e investigación y conservación ambiental.
“La laguna Ojo de Liebre es un ecosistema en donde confluyen la actividad económica, académica y ambiental, por lo que es el gran laboratorio para llevar a cabo investigaciones de distinta naturaleza”, mencionó Bermúdez Almada.
El lugar ha sido relevante en el uso, manejo, protección y conservación de la ballena gris (Eschrichtius robustus); cada año miles de ejemplares migran desde el mar de Bering hasta las aguas mexicanas para reproducirse.
“En estos santuarios se da la mayor concentración de reproducción de ballenas grises en el mundo; laguna Ojo de Liebre, con su poco más de 36 mil hectáreas, alberga más de 90 por ciento de la congregación reproductiva de estos mamíferos”, afirmó Bermúdez Almada.
Las aguas de la laguna Ojo de Liebre están conectadas al sistema de corrientes marinas del Pacífico templado mexicano, las corrientes frías de Kuroshio y California. Estas son ricas en nutrientes y altamente productivas, con propiedades de salinidad y temperatura adecuadas para los grandes mamíferos marinos.
La reserva además funciona como estación de reposo y abastecimiento de agua y alimento de aves migratorias que viajan de Canadá y Estados Unidos hasta México y Sudamérica. Entre las especies se observan miles de patos canadienses.
“La laguna Ojo de Liebre recibe anualmente más de 400 mil aves migratorias que llegan para alimentarse y recuperar energía, para seguir su ruta migratoria. Son más de 125 especies de aves marinas que se reproducen en el sitio”, señaló Bermúdez Almada.
En el 2009, la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) anunció la recategorización del Complejo Lagunar Ojo de Liebre como Sitio de Importancia Hemisférica.
“También existen poblaciones de delfines, lobos marinos, elefantes marinos y focas. Desde el punto de vista ambiental, es un gran ecosistema formado a base de marismas, de humedales y pastizales marinos, que dan vida a la productividad primaria de la laguna”, agregó.
Datos de las cooperativas de prestadores de servicios turísticos locales registran la visita de alrededor de 20 mil turistas nacionales y extranjeros, cada temporada de avistamiento de ballenas; los prestadores de servicios integran actividades de observación de los mamíferos marinos y de aves.
Una economía sustentable
El turismo, la extracción de sal y las pesquerías conforman las tres principales actividades económicas del complejo lagunar.
Sobresale la producción anual de 8.5 millones de toneladas de sal, a cargo de la compañía Exportadora de Sal, S.A. de C.V., de manera sustentable.
“Desde el punto de vista económico, es en donde se asienta la compañía productora de sal más grande del mundo: Exportadora de Sal, S.A. de C.V., la cual saca más de 8.5 millones de toneladas de sal y genera más de mil empleos directos. Es una actividad sustentable que no afecta la migración de las aves, la llegada de las ballenas ni la actividad pesquera”, afirmó Bermúdez Almada.
Datos publicados en el portal de Exportadora de Sal informan que es uno de los principales productores y proveedores de sal para la industria del cloro-álcali en la Cuenca del Pacífico, participando también en los mercados de sal de deshielo de carreteras, suavizadores de agua e industria alimenticia de Norteamérica.
La Conanp resaltó que también el manejo y aprovechamiento de las pesquerías en el sitio son ejemplares a nivel nacional porque garantizan una alta producción sin afectar el ecosistema.
“En el complejo existen alrededor de 350 embarcaciones que desarrollan pesquerías de hasta 50 toneladas de langosta y cientos de toneladas de escamas, almejas y caracoles”, finalizó.
Un espacio para la academia y la investigación
El jefe del Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), Alejandro Gómez Gallardo Unzueta, señaló que el complejo lagunar es un espacio importante para desarrollar investigaciones sobre la biodiversidad en zonas costeras.
“Son muy buenos ejemplos de ecosistemas costeros en áreas de estudio no muy extensos, ahí se puede llevar a cabo una multitud de estudios muy importante”, aseveró Gómez Gallardo Unzueta, quien además es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“Son centros de una importante biodiversidad debido a la gran cantidad de recursos en sus aguas, en donde peces e invertebrados marinos se reproducen, y justamente el gran número de aves presentes en el complejo lagunar nos está indicando que la producción de peces, invertebrados y moluscos, entre otros, son muy altas”, continuó.
En la actualidad, el Laboratorio de Aves de la UABCS monitorea las diferentes poblaciones de aves playeras migratorias en el sitio; uno de los usos de la información generada es aplicada para desarrollar planes de manejo para el aviturismo.
“Dentro del Programa de Mamíferos Marinos, hemos monitoreado la ballena gris en la laguna Ojo de Liebre, intensamente del 2000 al 2004, y después esporádicamente. Tenemos una excelente relación con personal de la Conanp para seguir haciendo monitoreos y actualmente estamos estudiando la actividad de observación de ballenas, para determinar el límite de cambio aceptable en la carga del sistema en relación con las actividades turísticas”, detalló.
En el 2004, las lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre fueron incluidas en la Lista de Humedales de Importancia Internacional considerados por la Convención Internacional de Humedales de Ramsar.
La institución además realiza estudios relacionados con cambio climático, botánica marina y especies marinas, como tortugas y moluscos bivalvos en el complejo lagunar.v