Nadie conoce las propiedades de la piel humana tanto como los investigadores que luchan por emularla. Recientemente, investigadores de la Stanford Chemical Engineering, liderados por la profesora Zhenan Bao, lograron diseñar un material sintético que es sensible y puede repararse por sí solo.

No sólo nuestra piel es sensitiva, ya que es capaz de mandar al cerebro la información precisa sobre presión y temperatura, sino que también puede repararse eficientemente y sirve como una barrera ante el mundo.

Durante la última década, ha habido muchos avances en el campo de la piel sintética, dijo Bao, pero no han sido del todo exitosos, sobre todo en cuanto a la autoreparación. Asimismo, menciona Bao, no se había conseguido el equilibrio de un factor muy importante, la conductividad eléctrica, lo cual permite que el material se interconecte con el mundo digital.

Los investigadores tuvieron éxito al combinar dos ingredientes que Bao llamó “lo mejor de dos mundos”, la habilidad de autosanación de un polímero plástico y la conductividad del metal.

Iniciaron con un plástico especial, con largas cadenas de moléculas unidas por puentes de hidrógeno, que aunque aparentemente sean frágiles le dan una propiedad maleable al material, que lo hace capaz de repararse cuando sufre un daño, que además es sensible a la temperatura.

A este polímero resistente se le añadieron pequeñas partículas de níquel, lo cual incrementó su fuerza mecánica y le dio conductividad eléctrica. El resultado fue un polímero con características poco comunes, ya que la mayoría de los plásticos son aislantes, dijo Bao.

Asimismo, el equipo exploró la capacidad del material como sensor, ya que debido a su capacidad para conducir la electricidad, podía convertirse en un conductor de información. De esta forma, de acuerdo con los investigadores, el material es lo suficientemente sensible como para detectar un apretón de manos.

Según Bao, esto hace posible su uso en prótesis, ya que el material no es solo sensible para detectar presión sino que es muy flexible, lo cual quiere decir que una prótesis con este material podrá registrar el grado de flexión de una articulación.

Las posibilidades comerciales de este material especializado no solo se reducen a la próstesis, sino que al ser dispositivos electrónicos, que tienen la posibilidad de reparase por sí solos y mantener el flujo de electricidad sin mantenimiento costoso, pueden utilizarse en el interior de los autos o en edificios.

El siguiente paso del equipo de investigación, es hacer un material elástico y trasparente que puede enrollarse y superponer en aparatos electrónicos o en pantallas.

 

Referencias:

Servick, Kelly. “Stanford»s touch-sensitive plastic skin heals itself”. Stanford School of Engineering.

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