Venus de Milo

Venus de Milo


Tres diosas se disputaban la manzana de oro que habría de pertenecer a la más bella. Según la tradición griega, Hera, Atenea y Afrodita reclamaron a Zeus que decidiese quién era la ganadora del trofeo que ofrecía Eris, diosa de la discordia. El rey de los dioses decidió delegar la decisión en Paris, príncipe de Troya, quien finalmente optó por la diosa del amor.

Más que la belleza, el factor que decidió el concurso fue la atracción de los sobornos que cada diosa había ofrecido al joven. Frente al reino que le ofrecía Hera o la sabiduría con que le tentaba Atenea, Paris se decidió por el regalo de Afrodita: la mujer más bella de la Tierra, Helena, cuyo rapto acabaría desencadenando la Guerra de Troya.

La estatua de la Venus de Milo (también conocida como Afrodita de Milos), que un campesino griego halló semienterrada en 1820, representaba a la diosa triunfadora sosteniendo en una mano la manzana de oro. Hallada durante la Guerra de Independencia de Grecia del Imperio Otomano, la estatua fue pasando por manos de clérigos y comerciantes hasta llegar al embajador francés, quien la otorgó al rey Luis XVIII. Finalmente, el rey entregó la estatua al Museo del Louvre de París, donde se puede contemplar hoy en día.

Venus de Milo reconstruida

Venus de Milo reconstruida

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