Establecer reglas estrictas en un mundo tan cambiante como el de internet es complicado, pero los consejos nunca vienen mal y, para saber qué es lo más adecuado en lo que a redes sociales se refiere, qué mejor que preguntar a los expertos.

Directores de comunicación de compañías como Iberia, fundadores de páginas de éxito como Menéame, presentadores de televisión y escritores se reunieron hace unos días en Burgos (España) en el marco de II Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales iRedes,  precisamente para debatir qué cosas deben tener en cuenta empresas, instituciones y usuarios para gestionar sus perfiles en las redes sociales.

El periodista Ramón Trecet es claro en sus recomendaciones «si bebes, no tuitees», afirma poniendo como ejemplo el caso del cineasta Nacho Vigalondo que, como él mismo explicó en su blog, en «circunstancias más festivas que otra cosa»,  publicó un chiste cargado de humor negro que le valió el fin de su relación con el prestigioso diario español «El País», entre otros problemas de imagen.

Aunque resulta indispensable emplear el sentido común en cada tuiteo, la presentadora de televisión Marta Fernández va más allá, recomendando que «si no estás seguro de si publicar un «tweet» o no, es mejor no hacerlo».

La reputación en la red se gana poco a poco, y un solo mensaje desafortunado puede dar al traste con la fama de una cuenta de éxito.

 

CÓMO GESTIONAR LAS REDES.

 

Una de las claves para que internet ayude en la organización diaria y no suponga una pérdida de tiempo es utilizar cada red social de acuerdo a su personalidad: Twitter para informarse, Facebook para asuntos personales y Skype para estar en contacto con la familia durante los viajes.

Esta es al menos la visión del gurú de las nuevas tecnologías Martin Varsavsky, fundador de compañías como Viatel, Ya.com, Jazztel y Fon -la mayor red wifi del mundo- quien afirma que «medios como Twitter pueden ser más eficaces que Google para recibir respuestas concretas a necesidades específicas, si se cuenta con una masa crítica de seguidores suficiente».

Cuidar a los seguidores es muy importante. Para la subdirectora de participación de RTVE.es, María Maícas, «el mayor error que se puede cometer en Twitter es no rectificar ya que nos puede costar un disgusto en forma de «unfollows»».

Tampoco beneficia borrar comentarios críticos porque los internautas se pueden volver en contra y multiplicar el efecto. Lo mejor es «aprender de ellos y recurrir al botón de «eliminar» sólo cuando se producen insultos», comenta esta experta.

La buena gestión de las redes sociales, no solo es beneficiosa en términos de imagen personal, también lo puede ser para las empresas que, a través del «boca a boca» en las redes puede registrar un ahorro en materia de publicidad, a través del atesoramiento de seguidores a los que, según los expertos, hay que transmitir el compromiso de servicio, divertir, escuchar y establecer una conversación.

Pero no solo de «followers» viven las empresas: los «community managers» coinciden en la necesidad de «hacer algo» con los seguidores, ya que no basta con atesorarlos, hay que dar sentido al esfuerzo de gestionar las redes sociales.

 

OTROS USOS DE LA RED.

 

Físico de formación, ecléctico artista de profesión y autor del blog «El hombre que salió de la tarta» en sus ratos libres, Agustín Fernández Mallo ha experimentado un «cambio de paradigma» desde que se dio cuenta de que algunas de sus publicaciones en la red eran «obras» en sí mismas.

Más o menos cada dos días, Fernández Mallo (La Coruña, España, 1967) actualiza ese blog que comenzó a escribir como «laboratorio de ideas», pero que la experiencia le ha hecho descubrir que muchas de las cosas que publica en él ya puede considerarlas «obra», algo que siente como «un cambio de mentalidad».

«No solo es obra lo que haces en papel cuando publicas un libro, sino que algo que está ya en internet, que has hecho un día sin intención de que fuera obra, de repente lo es. Y eso para mí ha sido un cambio importante», explica el escritor.

El autor de la trilogía «Nocilla» cuenta cómo internet se ha incorporado a su «paisaje natural» de ideas, pero «no de forma premeditada», sino igual que le sirven como fuente de inspiración «lo que pasa en la calle, lo que llamamos el mundo físico o el mundo virtual de los libros, más clásico».

Considerado como uno de los grandes exponentes de la ola de escritores españoles llamada «generación mutante», Fernández Mallo es asiduo de internet, pero no de redes sociales como Twitter, en la que se niega a desembarcar, pero donde reconoce «el mérito de quienes escriben tuiteos que son auténticos poemas».

Contactar con otros autores vía e-mail, desarrollar y comentar proyectos de vídeo a la limón con un autor que vive en México, o estar al tanto de lo que hacen otros creadores de su generación, son algunos de los usos que Fernández Mallo hace de internet.

Para él las conclusión final que extrae de este cambio de paradigma está clara: «la red ha sustituido a las tertulias clásicas literarias, que ya no existen, y las que perviven quedan como un elemento de nostalgia. Donde se cuecen las cosas es, efectivamente, en internet».

 

Carmen de Águeda.

EFE REPORTAJES.

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