A media mañana del 23 de junio (a las 10:29 horas con más precisión) comenzó uno de los sismos más intensos en la historia de México. Incluso se le ubica como el décimo temblor de tierra más fuerte registrado.
Ese día el Servicio Sismológico Nacional reportó un sismo con magnitud 7.5 localizado en las cercanías de Crucecita, cercano a la zona de Huatulco, en las costas del estado de Oaxaca. Su intensidad hizo que pudiera ser percibido en los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Jalisco, Querétaro, Morelos, Tabasco, Veracruz, Puebla, Estado de México y en la Ciudad de México. Aproximadamente 22 millones de personas percibieron este evento sísmico: el reporte de quienes lo experimentaron con intensidad muy fuerte es de aproximadamente un millón de persona ubicadas alrededor de la zona epicentral, y cerca de 18 millones lo sintieron de manera moderada en la parte centro-sur de México, detalló Leonardo Ramírez, jefe de la Unidad de instrumentación Sísmica del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Debido a su intensidad y su ubicación, se lanzó una alerta de tsunami y se pronosticó un alza del nivel del mar de máximo un metro.
Los tsunamis se generan cuando un sismo crea una serie de desniveles que eventualmente originan una gran ola en el mar.
“Una placa tectónica se mete por debajo de la otra, ambas se atoran y acumulan energía y deformación. Cuando se rompen se genera el sismo y la deformación se libera, haciendo que se mueva el suelo oceánico, empujando el tirante de agua y generando que esa masa de agua se desplace a lo largo de todo el océano”, explicó Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), adscrito al Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.
Las coordenadas del epicentro fueron 15.57° latitud N y 96.09° longitud W, con una profundidad de 5 kilómetros.
Fue un sismo interplaca, entre la placa de Cocos que subduce por debajo de la placa de Norteamérica en esta región (en la costa del Pacífico desde Chiapas hasta Jalisco), lo que hace que Oaxaca sea uno de los estados con mayor sismicidad en la República Mexicana, tanto que registra aproximadamente el 25% de los sismos del país.
Una muestra de la importancia sísmica de la zona de Oaxaca son algunos de los terremotos que se han registrado ahí:
El 7 de septiembre de 2017 ocurrió un sismo de magnitud 8.2 en el Golfo de Tehuantepec. El sismo ocasionó graves daños en la región del istmo, principalmente en poblados como Juchitán, El Espinal y Asunción Ixtaltepec. Este fue un sismo intraplaca con mecanismo normal, el cual ocurrió al interior de la placa de Cocos.