Un equipo internacional de científicos descubrió por primera vez una cueva en la Luna, la cual tiene al menos 100 metros de profundidad y podría ser un lugar ideal para que los humanos construyan una base permanente.
Según los investigadores que realizaron el descubrimiento, esta podría ser sólo una entre probablemente cientos de cuevas escondidas en un “mundo subterráneo por descubrir”.
La importancia del descubrimiento es más palpable al mencionar que para garantizar la sobrevivencia humana a largo plazo en la Luna se necesita proteger a los astronautas de la radiación, las temperaturas extremas y el clima espacial.
El equipo que realizó el descubrimiento está liderado por Leonardo Carrer, de la Universidad de Trento, y el hallazgo fue publicado en la revisa Nature Astronomy.
La cueva fue ubicada gracias a un radar que usaron para analizar la boca de un cráter lunar en una llanura rocosa del llamado Mar de la Tranquilidad, el cual fue probablemente alguna vez un océano y es fácilmente visible desde la Tierra.
Esto es parte de la zona donde aterrizó el Apolo 11 en 1969.
La cueva tiene un tragaluz en la superficie de la Luna, que conduce a paredes verticales y colgantes, y un piso inclinado. Mide al menos 45 metros de ancho y entre 30 y 80 metros de largo, y podría ser solo la parte inicial de una cavidad tubular más larga formada por lava, de hasta 170 metros de profundidad.
Se cree que la abertura se formó incluso hace miles de millones de años cuando la lava fluyó sobre la superficie del satélite terrestre, creando un túnel que quedó en el interior de la roca.
Lorenzo Bruzzone, coautor del estudio, también de la Universidad de Trento, refirió que el equivalente más cercano en la Tierra de estas formaciones, serían las cuevas volcánicas de Lanzarote, España. «Es realmente emocionante. Cuando haces estos descubrimientos y miras estas imágenes, te das cuenta de que eres la primera persona en la historia de la humanidad en verlas”, expresó.
Cuando los investigadores dimensionaron el tamaño de la cueva, postularon que la misma podría servir para una base lunar. «Después de todo, la vida en la Tierra comenzó en cuevas, por lo que tiene sentido que los humanos puedan vivir dentro de ellas en la Luna», puntualizó.
Lógicamente la cueva no ha sido explorada, pero una vez descubierta se espera que en futuras misiones a la Luna se pueden usar radares, cámaras o incluso robots para mapearla.
50 AÑOS ESPECULANDO CON LAS CUEVAS EN LA LUNA
La idea de que existen cuevas en la Luna ya es relativamente añeja, pues se remonta a 50 años aproximadamente.
En 2010 la misión Lunar Reconnaissance Orbiter, de la NASA, tomó fotografías de pozos, utilizando longitudes de onda para detectar lo que había bajo la superficie. Las imágenes obtenidas reforzaron esta idea y con esas imágenes se planteó que podrían ser entradas de cavernas.
Con lo descubierto, y divulgado, ahora se abre la posibilidad de investigar también la existencia de posibles cuevas en Marte.
La cueva recién encontrada no sólo abre la posibilidad de establecer una base humana en la Luna, si no que además podría contener información para responder preguntas fundamentales sobre la historia del astro e incluso de nuestro sistema solar, porque las rocas en su interior no estarán tan erosionadas por el clima espacial, por lo que pueden proporcionar un registro geológico extenso que se remonta a miles de millones de años.
Para encontrar la cueva, el equipo estudió mediciones de radar de archivo de una fosa situada en la vasta llanura del “Mare Tranquillitatis”, o Mar de la Tranquilidad.
Leonardo Carrer, director del estudio y profesor adjunto del Departamento de Ingeniería de la Información e Informática de la Universidad de Trento (Italia), en un correo electrónico dirigido a la CNN, apuntó que: «Las cuevas lunares han sido un misterio durante mucho tiempo. Los científicos barajaban la hipótesis de su existencia desde hace más de 50 años. Por eso resulta sorprendente poder demostrar por fin la existencia de un conducto subterráneo».
Lorenzo Bruzzone, coautor del estudio, profesor de telecomunicaciones y director del Laboratorio de Teledetección de la Universidad de Trento, por la misma vía y a la misma agencia, agregó que «las cuevas son un entorno único que conserva la historia de la Luna».
«El análisis de las rocas del interior de estas cuevas podría permitir nuevos (descubrimientos) relacionados con la evolución lunar… como la cronología y la duración de la actividad volcánica lunar, así como la composición real del manto lunar», enfatizó.