El “Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino”  fue declarado el 29 de noviembre por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, al ser esta la fecha que en 1947 se aprobó dividir a Palestina para crear un estado judío y otro palestino, lo que en la realidad hasta ahora no se concreta.

En este 2013 la fecha llega, según palabras del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, “una escalada de violencia e incitación”, que provoca que “la situación sobre el terreno sea cada vez más peligrosa”.

Recordó que el pasado mes de septiembre se cumplió el 20 aniversario de los Acuerdos de Oslo, mediante los cuales se buscaba una solución permanente al conflicto isreali-palestino: “Tras dos décadas de negociaciones y demasiados pasos atrás sobre el terreno, insto a los dirigentes palestinos e israelíes a que adopten decisiones que favorezcan una solución política a este terrible conflicto que se viene prolongando desde hace mucho tiempo”.

Ban Ki-moon retoma lo que se considera la esencia de la fecha “la oportunidad de reflexionar sobre la crítica situación que afronta el pueblo palestino y sobre nuestras contribuciones y responsabilidades colectivas como gobiernos, organizaciones internacionales u organizaciones de la sociedad civil en aras de la paz entre israelíes y palestinos”.

Y ante la situación que se vive también se congratula de que “este año, el Día Internacional llega en un momento en que los negociadores israelíes y palestinos se afanan por avanzar juntos hacia el objetivo convenido de lograr una solución pacífica y general a todas las cuestiones relativas al estatuto permanente”.

 Pero aún así llamó a “todas las partes” a ser responsables y abstenerse de tomar medidas que hagan peligrar las perspectivas de que prosperen las negociaciones.

“Si bien celebro que Israel haya puesto en libertad a prisioneros como parte del acuerdo para reanudar las conversaciones, el hecho de que prosiga con sus actividades de asentamiento en el Territorio Palestino Ocupado sigue siendo motivo de suma preocupación”, refirió, para luego apuntar que “el anuncio de la construcción de miles de nuevas viviendas es incompatible con el objetivo de lograr una solución biestatal y comporta el riesgo de hacer fracasar las negociaciones”, porque estos asentamientos contravienen el derecho internacional y constituyen un obstáculo para la paz.

Así, enfatizó que “deben cesar todas las actividades de asentamiento en la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental”.

Y ante este panorama enfatizó que “la comunidad internacional no reconocerá medida alguna que prejuzgue las cuestiones relativas al estatuto definitivo”.

Entretanto, la demolición de viviendas en la zona palestina, unas 100 estructuras, provocó el desplazamiento de 300 personas, pero cientos de palestinos más corren el riesgo de verse en la misma situación porque sus casas fueron construidas sin permisos de obra emitidos por Israel. “Esta circunstancia –expusó- pone de relieve la importancia de que los palestinos tengan acceso a un régimen justo de planificación y zonificación”, al tiempo que se dirigió al gobierno israelí recordándole “su obligación de proteger a la población sometida a ocupación”.

En este panorama también reiteró su condena contra “todo lanzamiento de cohetes contra Israel, así como de la construcción de túneles de acceso a Israel por militantes”. Recordó el reciente descubrimiento de un túnel hacia Israel, lo que propició que el gobierno de ese país suspendiera la entrada de material de construcción en Gaza, incluido el destinado a proyectos humanitarios. “Si bien reconozco las legítimas preocupaciones de seguridad de Israel, lo insto de todos modos a que se asegure de que se atiendan las necesidades de la población civil de Gaza”, enfatizó Ban Ki-moon.

“El objetivo sigue siendo inequívoco: poner fin a la ocupación que comenzó en 1967 y crear un Estado de Palestina soberano, independiente y viable basado en las fronteras de 1967 que coexista en paz con un Estado de Israel seguro. Las negociaciones deberán culminar también en la designación de Jerusalén como la capital de los dos Estados, con disposiciones sobre los santos lugares que sean aceptables para todos. Debe pactarse una solución a la situación de los millones de refugiados palestinos que viven en toda la región”, enfatizó.

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