Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, RAE

Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, RAE


La Real Academia Española se fundó en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, octavo marqués de Villena, y quien fue también su primer director, a imitación y usanza de la Academia Francesa.

Su primera sesión oficial fue el 6 de julio de ese mismo año, en la casa del fundador y después de algunos encuentros preparatorios, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores.

Felipe V aprobó su constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su «amparo y Real Protección».

Su propósito fue el de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza», para fijar el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI por la lengua española. Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito enunciado de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma.

En 1715, después de considerar una serie de propuestas para decidir su lema, la institución, en «una votación secreta, eligió el actual: un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor», según señala Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española (1999).

La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos que le ha tocado vivir. Actualmente, y según lo establecido por el artículo primero de sus Estatutos, la Academia «tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».

Junto con otras veintiuna Academias correspondientes en sendos países donde se habla español, conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Se dedica a la regularización lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática dentro y entre los diversos territorios; garantizar una norma común, en concordancia con sus estatutos fundacionales: «velar por que los cambios que experimente […] no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».

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