¿Nos veremos obligados en un futuro cercano a comer medusas? Desde principios de los años 2000, estos organismos gelatinosos invaden varios mares del planeta, como el mar del Japón, el mar Negro, el Mediterráneo u otros. Se trata de un fenómeno cíclico, debido quizás a una modificación de las corrientes o tal vez al calentamiento global… Hasta ahora no se conocían bien sus causas. Un nuevo estudio realizado por investigadores del IRD y varios colaboradores de éste, publicado en el Bulletin of marine science, denuncia a la sobrepesca como factor principal.

Las medusas tienen campo libre

Los predadores de las medusas, como los atunes o las tortugas, están desapareciendo debido a la pesca. Pero, sobre todo, las medusas se están beneficiando de la sobrepesca de los pequeños peces pelágicos. Sardinas, arenques, anchoas… se alimentan de zooplancton, al igual que estos nematocistos. Son por tanto sus principales competidores en la alimentación. En las zonas en las que se extraen en gran cantidad, liberan un nicho ecológico que deja el campo libre a las medusas para prosperar. Además, los pequeños peces comen los huevos y las larvas de las medusas. Es decir que, en situación normal, regulan la población; si no existen, no hay nada que frene la multiplicación de los animales gelatinosos.

La prueba por comparación

Para poner de manifiesto este papel capital de la sobrepesca, los investigadores han comparado dos ecosistemas pertenecientes a la misma corriente oceánica, la corriente de Benguela que bordea el sur de África. El primero se encuentra frente a las costas de Namibia. Las medidas de gestión de las reservas de pescado son poco coercitivas. En cuanto se restablecen los stocks, se vuelve a pescar sin freno. Hoy día, las medusas colonizan las aguas litorales. El segundo se encuentra 1 000 km más abajo, frente a Sudáfrica. Allí, por el contrario, la pesca está muy controlada desde hace 60 años y la población de medusas no ha aumentado.

La pesca se resiente a su vez de ello

En las zonas afectadas, se establece un círculo vicioso. Bajo el agua, los eslabones de la cadena alimentaria son mucho más modulables que en tierra firme: una presa se puede alimentar de su predador. Por ejemplo, las medusas devoran a los peces en estado de larvas, por lo que su proliferación impide la renovación de los recursos pesqueros. Esta especie invasiva supone una amenaza para la pesca. En Namibia, los aproximadamente 10 millones de toneladas de sardinas que había en 1960 han dejado paso a 12 millones de toneladas de medusas.

Las medusas son la pesadilla de los turistas. La picadura de sus filamentos venenosos es muy urticante, aunque raramente mortal. Esta situación pone en peligro las actividades económicas en muchas regiones del mundo; como en el caso de numerosos países en vías de desarrollo que dependen de estos recursos.

Estos trabajos de investigación subrayan la necesidad de dar un enfoque ecosistémico a la explotación de los mares, es decir, de implantar medidas de gestión que tengan en cuenta todos los niveles de la red trófica. Según los científicos éste es el único medio para evitar que muy pronto no tengamos más que medusas en nuestros platos.

¿Sabía que…?

El 98 % de la composición de las medusas es agua. No tienen ni cerebro, ni corazón, ni dientes… y, sin embargo, son unas temibles predadoras Inmovilizan a sus presas con sus tentáculos venenosos.

Datos interesantes :

La proliferación de las medusas se observa en todo el planeta, pero, al día de hoy, no existen datos cuantificados sobre el aumento de su población mundial.

Existen cientos de especies de medusas, con gran diversidad de colores, formas y tamaños, las hay que miden unos milímetros y otras en cambio tienen varios metros de diámetro. La mayoría son carnívoras.

Glosario :

Nematocistos: rama a la que pertenecen las medusas.

Pelágico: adjetivo que corresponde a la columna de agua.

Zooplancton: plancton animal, es decir el conjunto de organismos animales que se mueven llevados por las corrientes.

 

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