Conjunto de figuritas de arcilla con forma de bóvidos encontrado en una de las excavaciones. / UAB

Conjunto de figuritas de arcilla con forma de bóvidos encontrado en una de las excavaciones. / UAB


La semana pasada se presentaron los últimos hallazgos arqueológicos sobre los orígenes y consolidación de las primeras sociedades campesinas en la Mesopotamia del Norte, en el Kurdistán iraquí. La investigación es fruto de un proyecto desarrollado por un equipo bajo la dirección de los profesores de prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Anna Gómez Bach y Miquel Molist.

Los trabajos han puesto en evidencia una sucesión de ocupaciones de hábitat que cubren desde la época neolítica hasta el primer milenio a.C.

La zona ha estado cerrada desde los años 90 a la investigación arqueológica. El equipo coordinado por Molist continúa ahora su investigación sobre los orígenes y consolidación de las primeras sociedades campesinas, en esta ocasión en la zona más de levante de la Mesopotamia del Norte.

El Kurdistán iraquí es una de las zonas de Oriente Próximo más interesantes y ofrece un marco geográfico e histórico excepcional para el desarrollo de la investigación arqueológica, según los investigadores.

Varias campañas

Actualmente varios equipos internacionales han centrado la investigación en esta zona, como es el caso del equipo de la UAB, aprovechando el marco del convenio de colaboración entre las UAB y la Universidad de Salahaddin en Erbil (Kurdistán, Irak). La primera campaña se realizó en otoño de 2015 y la segunda  entre el mes de mayo y la primera semana de junio de 2016.

El yacimiento Gird Lashkar es un tilo arqueológico con una potencia arqueológica excepcional, con unos 14 metros de altura de sedimentos y una superficie de unas 4 hectáreas ocupada por las poblaciones antiguas. Se encuentra cerca del curso de agua de régimen temporal Wadi Kasnazan y cercano a las ciudades de Kasnazan y Banaslawa, dentro del área de influencia de la actual capital del Kurdistán, Erbil (al norte de Irak).

Los trabajos arqueológicos han puesto en evidencia una sucesión de ocupaciones de hábitat que cubren desde la época neolítica hasta el primer milenio antes de nuestra era.

Se han abierto más de 150 metros cuadrados que, distribuidos en los diferentes flancos del tilo, han permitido descubrir restos de arquitectura bien conservada, de edificios especializados, de casas de hábitat y de áreas de trabajo situadas en áreas exteriores.

Los investigadores han podido diferenciar entre las ocupaciones más recientes, situadas en la parte superior del tilo y fechadas del período histórico Neoasirio (finales del II milenio antes de nuestra era). De esta época destacan varios hallazgos in situ como, por ejemplo, un quemador de perfumes, que podrían indicar un uso de uno de los edificios como almacén, vinculado a intercambio de mercancías.

También se ha constatado una ocupación muy extensa e importante, probablemente de la edad del Bronce temprana y media con vestigios de hábitat en varias zonas del tilo y con hallazgos de objetos muy importantes como un jarro entero, cerámica y utensilios de tecnología agrícola. Destaca el hallazgo de un sorprendente conjunto de figuritas de arcilla cocida con forma de bóvido que podrían ser juguetes o tener un significado religioso, entre otras hipótesis.

Entre los hallazgos destaca un conjunto de figuritas de arcilla cocida con forma de bóvido que podrían ser juguetes o símbolos religiosos

La fase más antigua, descubierta in situ en esta última campaña, es una ocupación del período Uruk (a mediados del IV milenio a C.en uno de los sondeos más profundos, a unos 4 metros de profundidad respecto al suelo actual. Cabe señalar también la recuperación de restos de los periodos Ubaid y Halaf (6.000 a 4.500 años a. C.) del periodo neolítico.

La valoración del descubrimiento de este yacimiento es muy positiva. Primero desde un punto de vista científico, ya que no había una secuencia ocupaciones similares en la zona de Erbil y permite conocer la evolución del poblamiento en la llanura oeste del norte de Kurdistán. La buena conservación de los restos y la importancia de los objetos encontrados confirman la potencia de este asentamiento como fuente histórica de las primeras ciudades de Mesopotamia.

Trabajo de laboratorio

El equipo de la UAB ha establecido vínculos de cooperación y de desarrollo patrimonial con las instituciones locales, en concreto, con el Museo de Erbil y la Dirección General de Antigüedades.

Después del trabajo de excavación en el yacimiento, los investigadores comienzan ahora el trabajo de laboratorio con el estudio en profundidad de todos los elementos materiales descubiertos y los análisis arqueométricas basadas en dataciones de carbono 14, o en la determinación de la materia prima de los objetos, entre otros.

Se prevé la continuación de los trabajos de excavación del año 2017, que conllevarán la restauración definitiva de los objetos más significativos para la exposición pública en el Museo Arqueológico de Erbil.

El proyecto Gird Lashkar, iniciado en 2015 por el equipo Seminario de Arqueología Prehistórica de Oriente Próximo del Departamento de Prehistoria de la UAB, con la colaboración de la Dirección General de las Antigüedades del Kurdistán, y la Universidad de Salahadin (Erbil), cuenta también con la financiación de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

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