El feminismo pretende la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no la supremacía de éstas, expresó María José Guerra Palmero, profesora-investigadora de la Universidad de La Laguna, España, en el Seminario “La teoría feminista como análisis de las intersecciones de las opresiones”, realizado en la USBI el viernes 11 de abril.

“Podemos soñar con sociedades igualitarias”, dijo la filósofa, parafraseando al estadounidense y defensor de los derechos civiles, Martin Luther King.

María José Guerra hizo un recorrido en la historia de la lucha de los derechos de las mujeres; destacó que los nombres de quienes han contribuido notoriamente a lo anterior pero aclaró que se trata de personas de las cuales hay antecedentes, pues no descartó que muchas más se hayan quedado en el olvido o anonimato.

En el feminismo preilustrado citó a Christine de Pisan, María de Zayas Sotomayor, Sor Juana Inés de la Cruz y Madame de Châtelet Gabrielle Émilie de Breteuil.

Gran parte de la teoría moral y política de la Ilustración, continuó, es “universalista”, es decir, habla de la humanidad, sin embargo se decretó la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano.

La primera en contestar este documento fue Olimpia de Gouges, quien dentro de su quehacer literario y activista redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. “Fue la primera reivindicación de los derechos de las mujeres”; no obstante, la dramaturga francesa fue sometida a la guillotina, al ejercer una crítica política.

El nuevo orden constituido llamado modernidad, es decir los orígenes de los conceptos de ciudadanía y democracia, ponen al margen a las mujeres, de ahí la lucha por conseguir votar y ser votada, dijo.

En esta polémica de la época de la Ilustración hubo filósofos que se pusieron del lado de los derechos de las mujeres, uno fue Nicolás de Condorcet y otro Denis Diderot; por otro lado mencionó a Jean-Jacques Rousseau, “teórico del patriarcado moderno”.

También citó a François Poullain de La Barre y Mary Wollstonecraft. De ésta, su obra, quedó como “una de las claves fundamentales del feminismo ilustrado”, pues incluso escribió una fuerte contestación a Emilio, o De la educación de Rousseau.

La batalla política fue protagonizada por un movimiento llamado “Sufragismo y Feminismo”, con características transnacionales cuyos objetivos fueron los derechos civiles (herencia, patrimonio, libertad económica, patria potestad, entre otros), a la educación, a la ciudadanía y a la participación política, por citar algunos. “Las mujeres no tenía derecho a nada”, indicó.

En ese contexto, la filósofa citó Una habitación propia de Virginia Woolf, cuyo objetivo fue “reivindicar la soledad, tener un espacio y un tiempo”, a lo que también tienen derecho las mujeres.

Más adelante habló del “feminismo socialista” y la “segunda ola del feminismo”, éste es “el más polémico” y surgió alrededor de los años sesenta, mismo que también abrió las puestas a la diversidad sexual.

Si bien en un momento determinado se empezaron a lograr políticas de igualdad ligadas a la protección social (guarderías, el apoyo al cuidado de las personas mayores) y sobre todo a la educación y sanidad pública, a la fecha están planteados “retrocesos en el estado del bienestar”.

“¿Quiénes han realizado esta agenda (de igualdad social)?, pues muy pocos países (como los escandinavos). Esta agenda está no sólo por realizarse, sino en retroceso, porque las políticas neoliberales están haciendo que los derechos económicos, laborales y sociales estén en retroceso”, enfatizó.

A manera de ejemplo compartió: “Yo estoy viviendo en España un viaje al pasado, porque cuando estaba en la universidad, a principios de los años ochenta, hubo una ley de salud reproductiva donde había el derecho al aborto. (Actualmente) hay un ministro que se llama (Alberto Ruiz) Gallardón que está proponiendo una contrarreforma para hacernos ir 30 años atrás, siguiendo básicamente las indicaciones de la Conferencia Episcopal”.

En esta lucha por la igualdad de género y dignificar los derechos de las mujeres “no hay posibilidad de relajarse, aquí los derechos se tienen que batallar día a día y estar siempre en alerta”, remarcó.

En el evento participó Evangelina Montes Villaseñor, en representación de Eli Alejandra Garcimarrero Espino, directora del Área Académica de Ciencias de la Salud; Edda Arrez Rebolledo y Luisa Freyre Aguilera, directora y secretaria ejecutiva del Instituto Veracruzano de las Mujeres; Zahira Zárate Cabrera, secretaría académica de la Facultad de Psicología; y María José García Oramas, coordinadora de la Unidad de Género de la UV, en calidad de anfitriona y organizadora del acontecimiento.

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