Xalapa, Ver., 15 de junio de 2012.- Hoy día los chavos están necesitados de consejo, más que de iniciativa, ya que muchos de ellos, investigadores y estudiantes de diversas áreas cuentan con la preparación académica, pero no saben qué les depara la vida laboral, por eso les caen bien estos tips.

El Dr. Raúl Aguilar Robledo, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III, en el auditorio del Instituto de Ciencias de la Salud,  se dirige a los chavos, les dice que le cuenten sus inquietudes.

Una estudiante le pregunta sobre los posdoctorados, dónde es el mejor lugar para cursarlos y qué les puede decir al respecto.

El doctor cuenta un poco su experiencia y pinta un panorama un tanto duro, hizo su posdoctorado en EUA y que le fue muy bien, pero al volver se enfrentó a algo muy diferente, dice que debido a las tecnologías y presupuestos los proyectos que ha trabajado en veinte años que lleva investigando aquí, allá los hubiera cumplido en cinco, y que además, él tenía el sueño de contribuir a la formación del país, pero no le dijeron que ya era otro país.

Aunque aquí le ha ido bien y tiene su laboratorio y a sus estudiantes, les dice que hacer el posdoctordao es una decisión personal, el extranjero es una de las mejores opciones, y que no lo vean sólo como un grado académico, sino como una oportunidad de trabajo, porque te pagan, y si optan por esto, consideren que deben estar por lo menos dos años preparándose.

Platica que las ventajas de estudiar en el extranjero es que allá todo está listo para trabajar, puedes llegar a ser muy productivo y aprender cualquier técnica con los papers, los lees, compras las cosas y te pones a hacerlas, hay muchas posibilidades de experimentación que no están limitadas por la insuficiencia de los reactivos. Por otro lado, en México se pierde mucho tiempo consiguiendo fondos y entrenando a los estudiantes.

Si quieres hacer un posdoctorado en México debes elegir muy bien el lugar, es mejor buscar donde te paguen, aunque no ganas mucho desde el punto de vista técnico porque normalmente no hay recursos. En el DF sí hay pero es una cuidad muy aglomerada, sin embargo, hay plazas en otras escuelas, de ciudades más pequeñas, un buen consejo es que le busquen por ese lado, por ejemplo, Xalapa y Aguascalientes están muy bien.

“Y bueno, ustedes que son de provincia, saben a trabajar duro en condiciones desfavorables, esa es una ventaja”, bromea un poco el doctor, los chavos se ríen, pero se nota algo de preocupación en sus rostros.

El doctor agrega que finalmente lo más importante del posdoctorado, sea donde sea, es publicar, entre más productivos, mejor nivel tendrán y con mayor facilidad podrán instalarse en alguna plaza, deben aprovechar esa época para desarrollarse técnicamente y producir sus propios papers.

Una mano se levanta, ¿doctor, y cómo es el proceso de repatriación?

El doctor sonríe y les da varios consejos útiles: nunca digan que quieren regresarse a México, al ir a los congresos busquen a los mexicanos y platiquen qué a todo dar les va, presuman y hablen de todo lo que podrían aportar al país, pórtense como la última Coca-Cola, y un año antes de querer regresar busquen chamba, pero discretamente y habrá alguien que se las ofrezca. Asimismo, no pierdan contacto con México, aquí también deben ir conociéndolos.

Por último, escriban muchas cartas, no necesitan estar recomendados, escriban a las instituciones que les interesan y díganles qué saben hacer, qué quieren y por qué les interesa tal lugar. No tengan miedo, sólo a la migra.

El doctor les da ánimos y los insta a pensar en su país, que les pagó la educación, y aunque sea difícil volver, y como dice, por cada día allá, sufrirán dos aquí en México, no deben despegarse totalmente de sus raíces.

La plática termina, lo jóvenes se dispersan, se van un poco más animados, el doctor fue muy afable y sobre todo, honesto.

Lo agradecen.

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