El 40 por ciento de los casos de Síndrome de Intestino Irritable (SII) que no han tenido mejoría aún después de recibir tratamiento farmacológico están relacionados con alteraciones psicológicas, expuso José María Remes-Troche, investigador del Departamento de la Fisiología Digestiva en el Instituto de Investigaciones Médico Biológicas de la Universidad Veracruzana.

En su conferencia “Avances en el conocimiento de las enfermedades funcionales digestivas: de las alteraciones psicológicas a la autoinmunidad”, que tuvo lugar en el marco del Simposio El Colegio Nacional y la Universidad Veracruzana, mencionó que situaciones de abuso psicológico, físico y sexual, así como el cuidado de enfermos en etapas terminales, son factores predisponentes del padecimiento y, por lo tanto, no puede ser tratado con medicamentos.

La anterior afirmación, detalló, fue resultado de estudios aplicados por primera vez en el país. El primero de ellos ocurrió en 2008 en la ciudad de Veracruz y consistió en hacer una encuesta a un grupo de 96 mujeres que son atendidas en un centro de ayuda para el abuso físico, psicológico y sexual, de las cuales más de 50 por ciento presentaron síntomas de reflujo, gastritis, dolores perianales, incontinencia fecal y, por ende, SII.

“Las mujeres con antecedentes de abusos físicos, psicológicos y sexuales son más propensas a padecer de intestino irritable; de tal manera, pudimos demostrar que en nuestra población, en México, efectivamente los trastornos funcionales digestivos se pueden relacionar a antecedentes de abuso físico, psicológico y sexual. Es el primer estudio mexicano donde se concluye que sí parece existir una relación”, mencionó.

Una segunda investigación fue realizada entre 96 personas dedicadas al cuidado de enfermos crónicos (insuficiencia renal, Alzheimer, Parkinson o enfermedades terminales) y se demostró que aproximadamente 50 por ciento tienen síntomas compatibles con el SII, de los cuales menos de 10 por ciento dijo tener la sintomatología anteriormente.

Asimismo, mencionó que gracias al estudio también se determinó que a mayor atención y empeño que se ponga en el paciente, la calidad de vida del cuidador disminuye considerablemente.

“Pudimos demostrar que los sujetos que cuidan y tienen SII padecen de ansiedad y depresión, además de que tienen peor calidad de vida; es una población entre 20 y 50 años de edad, son mujeres que dedican su tiempo pero descuidan su salud y empeoran su calidad de vida”, resaltó.

Pero, ¿cuál será la traducción clínica de estas investigaciones? Remes-Troche respondió que servirán para tener un mejor manejo de la enfermedad y para mejorar la calidad de vida de los pacientes, ya que se podrá hacer un diagnóstico acertado de las causas que provocan el SII.

Comentó que por lo general esta enfermedad está relacionada con el estrés, la dieta, la susceptibilidad genética, el exceso de trabajo y algunas infecciones. Cabe mencionar que afecta frecuentemente a la población que está entre los 20 y 40 años de edad y se presenta en cuatro mujeres por cada hombre.

 

La dieta

Remes-Troche expuso que ante el cambio de dieta, básicamente el incremento en el consumo de lácteos, fructuosa y gluten, los padecimientos gastrointestinales han ido a la alza, pero han sido confundidos y atendidos como SII.

Las estadísticas demuestran que el exceso de fructuosa está relacionado con el SII, ya que –dijo– 80 por ciento de quienes sufren de colitis, gastritis o reflujo se sabe que consumen altas cantidades de refrescos, jugos enlatados y otras bebidas endulzadas con esta sustancia.

“Fue un estudio piloto realizado en 25 sujetos con intestino irritable y 25 controlados. Previo a un ayuno de 12 horas, a los sujetos se les administró fructuosa y encontramos que la mitad de los pacientes son intolerantes a la prueba que hicimos”, explicó.

Y prosiguió al expresar que “la parte de enlace entre las alteraciones psicológicas y la autoinmunidad es la dieta”, ejemplo de ello es la enfermedad autoinmune llamada celíaca, ocasionada por ingerir altas cantidades de gluten y que presenta sintomatología similar al SII.

De ahí que un nuevo estudio en 400 sujetos con SII y 400 sujetos controlados arrojó que hasta 25 por ciento refiere que al comer pan presentan molestias. Cabe mencionar que este estudio obtuvo una distinción por el Colegio Mexicano de Gastroenterología.

Por último, apuntó que entre 0.7 y uno por ciento de la población mexicana puede padecer celíaca sin saberlo, cifra que aumenta hasta en cinco por ciento entre quienes padecen SII.

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