Científicos de la University of Manchester, junto con un grupo de Estados Unidos, descubrieron evidencia de que las partes del cerebro pueden evolucionar independientemente una de la otra, lo cual es un avance muy significativo para entender uno de lo órganos más complejos de la naturaleza.

Esta investigación es única y lleva 15 años, en un esfuerzo conjunto de investigadores de la Manchester, la University of Tennessee y la Harvard Medical School, el objetivo principal del equipo era identificar si diferentes partes del cerebro eran capaces de responder independientemente a estímulos evolutivos o si el cerebro responde como un todo. Como parte de los resultados los investigadores descubrieron que existe una zona en los cromosomas que controla el tamaño de cada parte del cerebro. Los resultados fueron publicados en el journal Nature Communications.

Durante el estudio se analizaron siete partes del cerebro de 10,000 ratones, para determinar peso y tamaño. Posteriormente se determinó el genoma completo de los animales para identificar el grupo de genes que controlaban el desarrollo de cada una de esas siete partes señaladas.

El doctor Reinmar Hager, de la Faculty of Life Sciences, comparó las variaciones de tamaño de esas siete partes con la variaciones genéticas; gracias a esta minuciosa investigación descubrió que cada fracción del cerebro y las diferencias de tamaño son controladas por una zona específica del genoma.

Ante este descubrimiento, el doctor Hager dijo: “si todas las zonas del cerebro evolucionan como un todo, entonces lo más normal sería que un solo juego de genes controlara el tamaño de todas las partes, sin embargo, encontramos muchas variaciones genéticas para cada una de las fracciones, lo cual apoya la idea de un escenario variado en forma de mosaico para la evolución del cerebro. También encontramos muy poca correlación entre el tamaño de cada zona y el tamaño general del cerebro, lo cual va acorde con la hipótesis de una evolución en mosaico”.

Usando la información recopilada de los ratones, el doctor Hager y sus colegas analizaron los genes que determinan el tamaño del cerebro para compararlos con los genes que controlan en tamaño del cuerpo para saber qué tan independientes son estos valores. Lo que descubrieron fue que el cerebro es gobernado por un juego de genes totalmente independientes al grupo que determinan el tamaño del cuerpo, es decir, que nuevamente encontraron que hay muy poca relación entre el  tamaño del cuerpo y del cerebro, y que por lo tanto, este puede evolucionar muy a parte del tamaño del cuerpo.

Los investigadores creen que este estudio es importante para entender cómo funciona nuestro cerebro y mucho más acerca de la evolución de una forma nunca antes imaginada, además tiene grandes implicaciones para las enfermedades neurológicas que afectan el desarrollo del cerebro.

 

Referencias:

 

Reinmar Hager, Lu Lu, Glenn D. Rosen, Robert W. Williams. “Genetic architecture supports mosaic brain evolution and independent brain–body size regulation”. Nature Communications.

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