Un centro tecnológico brasileño desarrolló un material a escala nanométrica que permite transportar medicinas por el organismo humano y sólo liberarlas en los locales deseados.

     La nanofibra, una especie de filme construido con hilos de tamaño nanométrico trenzados, funciona como un vehículo que transporta la medicina hasta el tejido que se desea tratar, informó hoy el estatal Instituto de Pesquisas Tecnológicas (IPT).

     Los investigadores de la institución pública desarrollaron tanto la tecnología para producir las nanofibras mediante procesos de electrohilado como la técnica para recubrir y proteger la medicina con el nuevo material.

     Igualmente probaron la eficacia de la tecnología en aplicaciones en las áreas de cosmética y odontología.

     La nanofibra, semejante a una hoja de papel, es compuesta por miles de fibras de material polimérico trenzadas entre sí y alcanza un diámetro de entre 100 nanómetros y un micrómetro, explicó la investigadora María Helena Ambrosio Zanin, responsable por la innovación.

     Con el fármaco incorporado en la nanofibra mediante procesos de microfluidos, el conjunto puede ser utilizado para la liberación de la medicina de forma tópica (cuando la substancia actúa directamente sobre la piel o en las heridas) o transdérmica (cuando es aplicada en la piel para que sea absorbida por el organismo y alcance la corriente sanguínea).

     Según Ambrosio Zanin, el proceso permite que las medicinas puedan actuar en las regiones del cuerpo deseadas en el tratamiento de enfermedades o en procesos estéticos.

     «La nanofibra ejerce la función de un vehículo para transportar el fármaco hasta el blanco determinado», según la investigadora.

     El proyecto exigió el desarrollo de técnicas específicas para garantizar la permanencia del fármaco dentro de la nanofibra hasta el momento adecuado y sin que se produzca una incompatibilidad, y para garantizar la consolidación de su permeabilidad en la piel.

     La innovación fue probada con éxito en membranas biológicas porcinas con características semejantes a las del cuerpo humano, principalmente las de la piel y de la boca.

     La investigadora admitió que el uso de materiales nanométricos para transportar medicinas ya es común en algunos países pero aclaró que la tecnología brasileña incorpora los dos partes: la producción del material y su caracterización como medicina.

     El proyecto, que obtuvo inversiones por 81.400 reales (unos 40.700 dólares), permitió al IPT solicitar el depósito de dos diferentes patentes.

     Los investigadores pretenden mejorar el proceso de incorporación de las medicinas en el material nanométrico para garantizar la viabilidad de su producción a escala comercial.

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