El aumento de presión cerebral pude causar demencia y destruir el cerebro, por eso muchas compañías han buscado una forma de desarrollar sensores que puedan ser implantados en el cerebro y mandar información para leerlos fuera del cuerpo.

Hasta hoy no queda claro por qué la presión cerebral en algunas personas aumenta repentinamente. Sin embargo, las consecuencias son más claras: en primera instancia la circulación se interrumpe y después de un tiempo las partes del cerebro afectadas mueren, similar a lo que sucede durante un accidente cerebrovascular. Asimismo, otro de los efectos secundarios es la demencia, y algunos expertos estiman que un poco más del 10 por ciento de casos de demencia en Europa se atribuyen al incremento de la presión sanguínea en el cerebro, aunque el diagnóstico es difícil.

Una de las formas de prevenir estos problemas es supervisar a las personas que tienen susceptibilidad al incremento de la presión intracraneal, sin embargo, para realizar estos estudios se debe insertar una sonda a través del cráneo hasta el cerebro y dejarla en el interior de la cabeza del paciente mientras está conectado a aparatos de medición que registran las fluctuaciones de presión cerebral, para finalmente poder sacar un diagnóstico, por lo tanto los pacientes tienen que quedarse en el hospital por varios días o hasta semanas.

Para evitar esta situación y agilizar el diagnóstico, ingenieros de dispositivos médicos han trabajado en un sensor que envié la información del monitoreo por ondas de radio. Anteriormente, el problema con los sensores era encontrar un material adecuado que resistiera la humedad, que protegiera al sensor y fuera aséptico.

Investigadores del Instituto de Ingeniería Biomédica (IBMT, por sus siglas en alemán) de Fraunhofer en St. Ingbert, Alemania, desarrollaron un sensor que puede tolerar la humedad, con una cubierta de metal de alto grado. Por afuera el sensor se parece a una pila grande de reloj, mide un centímetro de alto y dos centímetros de ancho, pero en el futuro el diseño será más pequeño. En el interior, el sensor descansa en una cubierta de silicón.

“La cubierta del pequeño contenedor de metal está hecha de una membrana de metal maleable que reacciona a los cambios de presión en el cerebro. Gracias a este sensor el paciente sólo tendrá que ir a la clínica para un breve cita”, dijo el doctor Thomas Velten, director del departamento de microsistemas biomédicos en el IBMT.

El sensor podrá ser leído desde afuera en segundos y funciona sin baterías, ya que es activado por el dispositivo de lectura, así que el paciente puede usarlos por varios meses o incluso años sin necesitar cirugía para darle mantenimiento.

Para leer el reporte original: http://www.fraunhofer.de/content/dam/zv/en/press-media/2012/PDFs/rn11_2012_NOVEMBER.pdf.

 

 

Referencias:

Fraunhofer-Gesellschaft (2012, November 6). “Pressure switch inside the head”. ScienceDaily.

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