El son jarocho sigue vigente porque supo manejar a su favor la globalización, muestra de ello es que le ha ayudado a diseminarse por todo el mundo, dijo Rafael Figueroa Hernández, investigador del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).

Consideró que este género musical atraviesa por un momento muy interesante, porque decidió no quedarse como pieza de museo ni se lanzó a la innovación musical, simplemente se reinventó por el interés de los jóvenes.

“Esto es síntoma de lo vivo que está, es inevitable que exista una reinvención porque ahora los muchachos con sólo tres clics pueden oír música de cualquier lugar del mundo porque está a su disposición.”

Insistió que es un proceso muy interesante que no ha tenido algún otro género musical del país que sólo es tocado por las personas mayores, en cambio “cuando uno voltea a ver el son jarocho vemos a cientos –sino es que son miles– de chamacos que lo tocan todos los días”.

En el caso de la globalización, opinó Figueroa Hernández, ha sido un punto a favor, muestra de ello es que cada vez hay más jaraneros fuera de Veracruz y de México, incluso el “imperialismo jarocho” ha llegado al continente europeo gracias a las nuevas tecnologías.

“En Chicago conocí un muchacho de origen mexicano que casi no hablaba español y que tocaba muy bien el requinto jarocho, lo aprendió en YouTube, eso nos ha ayudado a que se dé a conocer en otras partes del mundo”, ejemplificó.

Ahora, el gran reto que se tiene es cómo crear nuevas maneras de transmisión del conocimiento a los jóvenes sin perder la riqueza, diversidad y herencia, pero al mismo tiempo enfrentar y apropiarse del mundo de las redes sociales, aunque en ocasiones “es preferible correr riesgos a que se muera”, reconoció.

 

El fandango

Una parte interesante para que el son jarocho lograra llegar a diversos puntos del mundo lo jugó el fandango como la fiesta tradicional de este género musical, mencionó Rafael Figueroa Hernández.

Se tenía que buscar un mecanismo en donde los jóvenes se sintieran involucrados, y qué mejor que participar en el fandango que es una fiesta comunitaria donde todo el mundo es incluido pese a la existencia de reglas y jerarquías.

“La estructura del fandango tradicional hace que mucha gente se sienta incluida aunque no sean jarochos por nacimiento y esto le ha gustado mucho a los jóvenes, por eso se ha exportado fuera de su área natural que es el Sotavento.”

Compartió que algunos de sus amigos que asistieron por primera vez le han externado que es un fiesta incluyente, donde todos son importantes, desde los que tocan hasta la señora que hace la comida, porque el hecho es que la fiesta misma es el punto focal y no la interpretación musical.

Es por ello que “mucho del movimiento jaranero –así se le llama al movimiento del son jarocho– tiene como bandera el fandango”.

Rafael Figueroa Hernández es investigador en el CECC y doctorante del Doctorado en Historia y Estudios Regionales de la UV. Se especializa en música popular veracruzana (música afroantillana y son jarocho), identidades regionales y globalización, música y culturas subalternas y métodos pedagógicos para la enseñanza de la música tradicional.

Tiene en su haber más de una veintena de publicaciones sobre la música popular del área del Caribe y el son jarocho y su versada. Ha recibido apoyo para la investigación del Instituto Veracruzano de Cultura, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Fundación Rockefeller, entre otras.

Es comentarista y productor de radio, ha sido además productor y guionista de programas de televisión acerca de la música caribeña y el son jarocho. Es director de www.comosuena.com, programa de información dedicado a la difusión de la música afrohispana de las Antillas y moderador del grupo de información “sonjarocho” de Yahoo. Actualmente trabaja en la investigación “Naranjas y limas. La rama navideña de Veracruz: Una tradición compartida con el Caribe”.

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