La política social implica un Estado interventor y en particular una serie de medidas con criterios claros de política que beneficien “a los menos aventajados” y fortalezcan, a través de los salarios, la capacidad de compra de la gente, señaló el doctor Ignacio Llamas Huitrón, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al participar como conferencista magistral en el segundo Congreso Internacional de la Red Internacional de Análisis y Evaluación de Políticas Económicas y Sociales.

El investigador del Departamento de Economía sostuvo que en el debate sobre teoría económica y política social, persiste una disputa entre la visión liberal que promueve la libertad de las personas y se opone al despotismo y al totalitarismo, y la neoliberal, que busca el “Estado mínimo, la reducción del Estado”, cuando hoy la política social requiere de la intervención estatal.

Precisó que la primera visión “sustituye a la segunda” porque dar capacidad de compra a las personas significa integrarlas y hacerlas “socias voluntariamente cooperantes en una sociedad como la nuestra”.

El investigador criticó a los empresarios mexicanos al indicar que en su mayoría son comerciantes que “compran paquetes tecnológicos”, no hacen investigación, “son rentistas y aprovechan los mercados con tecnología que no producen”, lo que se corresponde con un modelo económico maquilador. Por eso ponen énfasis en concebir el salario como costo y “no visualizan las virtudes que pueden existir en crecer con base en promover el mercado interno”.

Es necesario un proceso de reeducación en el que se difundan estas y otras ideas, y si recientemente el presidente anunció que México “está por generar innovación, esperamos que esto se observe pronto”, consideró el economista por la Universidad de Chile y doctor en Economía de la Educación por la Universidad de Stanford California, Estados Unidos.

Para el investigador es posible generar una serie de políticas de ingresos sociales para redinamizar la demanda global y como efecto secundario generar más empleo; sin embargo, apuntó, hoy la prioridad no es crear más empleo sino “tener mayor seguridad y menor inestabilidad, por lo que es necesario “tener un Estado que intervenga más”.

Expuso que en muchas partes donde se estudia Economía, incluida la Universidad de Harvard, “ya no creen en la economía neoliberal porque se pone demasiado énfasis en el funcionamiento del mercado. Es necesario introducir otro tipo de ideas de política social que vayan más allá de las leyes del mercado”.

Es posible pensar en una sociedad socialdemocrática o liberaldemocrática organizada con ciertos principios de justicia y que las políticas que se diseñen para ello tengan siempre el referente de “a qué tipo de sociedad queremos llegar o qué tipo de sociedad estamos tratando de conservar”.

El doctor Llamas Huitrón se refirió en ese sentido a la teoría de justicia del filósofo estadounidense John Rawls, quien desarrolló una fundamentación ética de la política social, bajo el entendido de que la teoría clásica convencional no tiene las bases éticas para fundamentar la política social y que ésta tiene un carácter asistencialista.

Hizo referencia también a diferentes ensayos de Octavio Paz en los que manifiesta toda una concepción de cómo debe ser una sociedad democrática y cuál es el papel que debe cumplir el Estado y qué tipo de políticas debiera desplegar en términos generales.

Lo que ambos pensadores plantean a nivel doctrinal es importante porque de ahí se infiere que para establecer una sociedad democrática, las políticas deben estar enfocadas a descentralizar el poder político, económico e ideológico.

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