El fósil de una de las aves marinas voladoras más antiguas del mundo ha sido encontrado en Nueva Zelanda, vinculando al país con la Antártica cuando ésta todavía estaba formándose, anunciaron el miércoles científicos.

     Los huesos de la nueva especie, encontrados en depósitos de arena verde en Canterbury del Norte, en Isla Sur, datan de la era del Paleoceno, hace unos 58 millones de años, según los científicos del Museo de Canterbury, el Instituto de Investigación de Senckenberg y el Museo de Historia Natural de Alemania.

     Los huesos fósiles se formaron en las aguas profundas de un mar muy caliente frente a la costa de Zealandia, fragmento continental en el que se sitúa Nueva Zelanda, poco después del evento que causó la extinción masiva de los dinosaurios y muchos organismos marinos, dijo un comunicado del Museo de Canterbury.

     La especie ha sido denominada Australornis lovei por el coleccionista aficionado de fósiles Leigh Love, quien lo descubrió en los mismos depósitos en los que se encontró a Waimanu, el pingüino más antiguo del mundo.

     Australornis parece ser más similar a dos especies descritas de finales del período Cretácico (hace unos 70 millones de años) de la Península Antártica y refleja los vínculos entre Antártica y Nueva Zelanda a finales del Cretácico y principios del Paleoceno.

     «Esta nueva especie es importante para nuestro entendimiento de la evolución de las aves porque, pese a la existencia de varios grupos de aves descritos desde finales del período Cretácico, la mayoría pertenece a grupos ya no existentes hoy día en la Tierra», dijo en el comunicado el doctor Paul Scofield, del Museo de Canterbury.

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