Los reactores nucleares de la llamada cuarta generación son considerados como el “grito tecnológico de la energía nuclear”, por ello deberían ocuparse para satisfacer gran parte de las demandas de energía de la humanidad, explicó el doctor Gilberto Espinosa Paredes, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). 

La obtención de energía a partir de este tipo de reactores es una de las opciones a futuro que debería aplicar México para fomentar el abasto de energía y frenar el cambio climático, aseguró el académico del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Unidad Iztapalapa.

El experto en temas nucleares aseguró que además son más seguros, y dependiendo de la base tecnológica éstos pueden ser enfriados por gas, agua supercrítica, y metales líquidos como el sodio y plomo, sales fundidas –en el sistema de enfriamiento está inmerso el combustible nuclear–, siendo más eficientes y con menos residuos radiactivos.

Así serán los reactores nucleares de la llamada cuarta generación. Por el momento se trata de un conjunto de tecnologías experimentales, pero los cálculos más optimistas estiman que en 2030 podrían empezar a funcionar.

 

Estos reactores, dijo, no emiten gases de efecto invernadero, producen altas densidades de energía eléctrica en forma continua, a diferencia de la energía renovable como la eólica o la solar que desafortunadamente están lejos de ser competitivas en la escala de las altas demandas que se requieren en el mundo.

 

La energía nuclear, precisó, presenta una alternativa real, ante el panorama nada halagador en el que se encuentra el petróleo que cada día va a ir escaseando, mientras los actuales niveles de seguridad y transparencia de la industria alejan el fantasma de accidentes como los de Chernobyl y Fukushima.

 

Las centrales nucleares en todo el mundo que utilizan segunda y tercera generación actualmente ya esperan relevo. Los estudiosos de reactores nucleares de cuarta generación tienen varios objetivos, aumentar la seguridad de la utilización de la energía nuclear, producir menos residuos y menos toxicidad e incrementar su competitividad con respecto a las centrales actuales.

 

Es previsible que la energía nuclear se convierta en la mejor fuente de energía para mejorar las condiciones medioambientales y que se determinen nuevas iniciativas en las que tendrá un papel importante. La solución es construir centrales nucleares de diseño avanzado, empleando tecnologías que ayuden a frenar la difusión de las armas nucleares.

 

El especialista agregó que la energía nucleoeléctrica a gran escala debería desarrollarse sobre la base de diseños de reactores y procesos de combustible innovadores, que puedan prestar apoyo tecnológico y la no proliferación nuclear, y que al mismo tiempo contribuya a satisfacer la demanda de electricidad en el mundo.

 

En un escenario de aumento de demanda de energía, sobre todo en los países en desarrollo, y de creciente interés en la reducción de contaminantes originados por la utilización de combustibles fósiles, los reactores nucleares de cuarta generación surgen como propuesta y desafío.

 

Sobre el trabajo que realizan en el Laboratorio de Análisis de Sistemas Nucleares de la Unidad Iztapalapa de la UAM, el investigador dijo que  “estudiamos la evolución en la seguridad que han tenido los reactores nucleares de generación dos, tres y tres plus desde hace una década con herramientas hechas en casa, mediante modelos matemáticos, modelos numéricos que permiten predecir los procesos neutrónicos y termohidráulicos”.

 

Con este trabajo “hemos podido comprobar cómo se comportan los fenómenos tanto neutrónicos como termohidráulicos con procesos de convección natural, lo que representa retos importantes en operación y aspectos relativos a la estabilidad de los reactores”.

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