Selman Abraham Waksman en su laboratorio- World Telegram & Sun, Foto de Roger Higgins

Selman Abraham Waksman en su laboratorio- World Telegram & Sun, Foto de Roger Higgins


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

La historia de Selman Abraham Waksman, bien puede ser la de uno de los grandes fraudes en la historia de la ciencia, específicamente en la de la medicina. En 1952 le dieron el Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la estreptomicina, cuando ese no era un mérito suyo, si no de uno de sus alumnos, Albert Schatz.

Selman Abraham Waksman nació en Priluka, Imperio Zarista Ruso, el 22 de julio de 1888. Cursó sus primeros estudiosen la ciudad de Odesa y en 1910emigró a Estados Unidos, donde se matriculó en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), para estudiar Agricultura; ahí mismo obtuvo su master en 1916 y se doctoró en 1918 en la Universidad de California.

Para ese entonces, ya se había nacionalizado estadounidense, en 1916, tras lo cual asumió la dirección del Departamento de Microbiología de la Universidad Rutgers.

Enseñó en diversas universidades y se dedicó al estudio de los microbios del suelo, especialmente los actinomicetales, un grupo de bacterias parecidas a mohos que comprende la familia de las microbacterias, dentro de las cuales se clasifican la Mycobacterium tuberculosis, causante de la tuberculosis, y la Mycobacterium leprae, agente causal de la lepra.

Waksman fue un impulsor del estudio de los microorganismos que habitan en el suelo, porque esa era la única forma de conocer bien a un microbio, conociendo a todos sus «compañeros» en el medio ambiente en que se desarrollan.

Hasta entonces, la segunda década del siglo XX, el interés en el estudio de los microorganismos estaba en lo benéficos o perjudiciales que resultaban para el cultivo de plantas y la cría de animales.

La tendencia de Waksman se dio por influencia de Jacob G. Lipman, bacteriólogo decano del College de Agricultura y también inmigrante. Su permanencia en el estudio de estos microbios se acrecentó con la formación que recibió del genetista Byron David Halsted.

Con esta visión desarrolló su proyecto de master en la Estación Experimetal de Agricultura de Nueva Jersey, institución donde pasó gran parte de su vida estudiando hongos, actinomicetos y otros microorganismos del suelo.

Su trabajo también lo llevó a ser el creador del termino antibióticos, el cual acuñó en 1941 (como conjunción del griego «anti» contrario y «bíos» vida, contrario a la vida) porque estos destruían las bacterias gramnegativas (como la penicilina) y también a las grampositivas.

Waksman observó que ciertos microorganismos patógenos, como el de la tuberculosis, se destruían en el suelo. Investigando esto, descubrió que ciertos microorganismos eran los responsables de la acción, entre ellos una bacteria a la que denominó Streptomyces griseus.

Así, el primer antibiótico que descubrió Waksman fue la actinomicina, que inicialmente no se pudo utilizar debido a su alta toxicidad.

Durante los años treinta y cuarenta, investigó las actinomicetáceas (una familia de hongos del orden de los actinomicetales, que forman colonias fibrosas y filamentosas) en busca de algún antibiótico.

En ese camino, el 19 de octubre de 1943, Albert Schatz, que era su alumno en el posgrado en Microbiología, aisla la estreptomicina (del griego «estreptós» trenzado, y «mýkas» hongo), que resultó ser muy útil contra la tuberculosis y permitió controlar esa enfermedad. El descubrimiento lo hizo en el sótano del Departamento de Microbiología.

Se la denominó «estreptomicina» también como derivado de una vieja denominación de los actinomicetos: estreptotríceas. La nueva sustancia se había aislado de cultivos de Streptomyces lavendulae, y llamó la atención de que era más activa contra los gramnegativos que con los grampositivos.

Por lo mismo de que no encontraban forma de como utilizar la actinomicina, la estreptomicina se convirtió en el segundo antibiótico útil de la historia, pues el primero fue la penicilina, descubierto por Alexander Fleming.

Ante el descubrimiento, Waksman publicó un artículo atribuyéndoselo, ante lo cual, obviamente, Schatz protestó.

Waksman sistemáticamente negó la autoría del descubrimiento de Albert Schatz y durante años usufructuó económicamente las patentes del mismo.

Por la demanda que Schatz pusó contra Waksman, finalmente llegaron a un acuerdo que reconocía a Schatz como codescubridor y le concedía parte de los derechos económicos de la patente. Pese al acuerdo, en 1952 la Academia Sueca otorgó el premio Nobel de Medicina y Fisiología a Waksman en solitario por sus «sus estudios ingeniosos, sistemáticos y exitosos de los microorganismos del suelo, que llevaron al descubrimiento de la estreptomicina», considerando a Schatz como un mero ayudante.

La página de los Nobel anota como causa de la entrega del premio lo siguiente:

«Después de que Robert Koch descubriera que la tuberculosis es causada por una bacteria, comenzó la búsqueda de una cura. En 1939, Selman Waksman y sus colegas comenzaron estudios sistemáticos sobre cómo los microorganismos del suelo afectan a las bacterias tuberculosas. Encontraron que su crecimiento fue impedido por otra bacteria, Streptomyces grisues. En 1943, el colega de Waksman, Albert Schatz, aisló la estreptomicina de esta bacteria, que resultó ser un medicamento eficaz contra la tuberculosis».

Carrera científica de Waksman

En 1924 Selman Waksman viajó por Europa con su familia. Asistieron en Roma a la Conferencia Internacional de Ciencias del Suelo, estuvieron después en varios laboratorios de microbiología, y también visitaron Rusia. A su regreso a los Estados Unidos escribió Soil Microbiology  (1924), texto precursor de su famosa obra Principles of Soil Microbiology (1927).

En 1927 fue el responsable de organizar el programa del Primer Congreso Internacional de Ciencias del Suelo, en Washington.

En 1931 Waksman creó un laboratorio para estudiar la microbiología marina y promovió la construcción del Instituto Oceanográfico, en Woods Hole, Massachussets, donde, con algunos de sus discípulos, trabajó durante los veranos a lo largo de doce años.

En 1932 estudió la suerte de las bacterias tuberculosas en la tierra. En 1937 publicó tres trabajos sobre las relaciones antagónicas entre los microorganismos del suelo.

En 1939, realizó con su equipo un extraordinario esfuerzo para identificar organismos que produjeran sustancias solubles que pudieran ser útiles para controlar las infecciones.

En ese año, ante la inminencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Waksman se abstuvo de mandar trabajos a las revistas alemanas y dimitió de los consejos de redacción donde figuraba; en los años treinta ya había vivido el nacimiento del nacionalsocialismo y la persecución de los judíos.

En 1941 acuña el término “antibiótico” para aplicar a los productos microbianos con propiedades antimicrobianas.

En su estudio de los actinomicetos, en una década fueron aislados y caracterizados diez antibióticos, tres de los cuales tuvieron importancia clínica: la actinomicina (Waksman y Woodruff, 1940), la estreptomicina (Schatz, Bugie y Waksman, 1944), y la neomicina (Waksman y Lechevalier, 1949).

Waksman cedió a la Universidad de Rutgers los derechos de sus descubrimientos para fundar el Instituto de Microbiología, que dirigió desde 1949.

Además realizó varios trabajos sobre los microorganismos que oxidan el azufre, que han contribuido a los métodos de producción microbiana del ácido sulfúrico. Estudió también los hongos que producen ácido cítrico y fumárico, así como las enzimas que producen hongos y acinomicetos. Sus contribuciones en lo que se refiere a la erosión de los suelos y el papel que juega la población microbiana en la reducción de dicha erosión, fueron importantes. Hizo aportaciones al conocimiento de los abonos artificiales y naturales, resultado de la descomposición microbiana de hojas, tallos, rastrojos y sustancias similares al humus.

Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Washington y de la Academia de Ciencia de París, así como presidente de la Asociación Norteamericana de Bacteriólogos. Entre sus obras destacan Principles of soil microbiology (Principios de la microbiología del suelo, 1927), The actinomycetes (Los actinomicetos, 1932) y My life with the microbes (Mi vida con los microbios, 1954).

Falleció en Hyannis, Massachusetts, Estados Unidos, el 16 de agosto de 1973.

* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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