Un equipo de investigadores europeos ha construido, gracias a fondos adjudicados por la Unión Europea, un robot de compañía para personas mayores que presenta un margen muy elevado de personalización. Actualmente se está exhibiendo por toda Europa y podría salir a la venta en un plazo de dos o tres años. Sus prestaciones podrían elevar muy notablemente la calidad de vida de los ancianos y de otras personas que padezcan problemas de memoria o movilidad.

Se trata de una figura humanoide dotada de ruedas para desplazarse y cuenta con cámaras, sensores, sistema de sonido y una interfaz mediante pantalla táctil. Es capaz de recordar al usuario que se tome la medicación, proponerle tomar su bebida preferida o animarle a salir de paseo o a visitar a amigos si hace tiempo que no ha salido de casa. Este sistema es capaz de vigilar la salud y la seguridad del usuario y de avisar a servicios de urgencias si algo va mal. Se enclava en un entorno domótico más amplio que puede incluir prendas de vestir «inteligentes» que supervisen los signos vitales del usuario.

«La población de los distintos países de Europa está envejeciendo y ya son muchos los que precisan algún tipo de atención. Esta atención puede ser prestada por profesionales, en la vivienda o en un centro especializado, pero en muchos casos quien dispensa los cuidados es el cónyuge o un familiar. Hemos observado que esos cuidadores también pueden precisar alguna clase de apoyo, sobre todo si también tienen una edad avanzada. Opinamos que ese apoyo se puede prestar por medios tecnológicos», explicó el Sr. Herjan van den Heuvel, de Smart Homes, el «Centro Especializado en Automación Doméstica y Vida Inteligente» de los Países Bajos, entidad supervisora del desarrollo del robot.

La edad media de la población de la Unión Europea -que ya consta de 28 Estados miembros- era de 41,2 años en 2011. Conforme a las últimas proyecciones demográficas de Eurostat, esta cifra se elevará a 47,6 en 2060 y el colectivo mayor de 64 años se duplicará hasta representar el 29,5 % del total de la población. El porcentaje de individuos mayores de 79 años se triplicaría de aquí a 2060.

Estas tendencias llevan aparejadas un incremento de las enfermedades asociadas a la edad; así, cada vez más personas precisarán cuidados y asistencia para mantener su calidad de vida, conservar una buena salud y evitar la exclusión social.

El robot de compañía referido, cuyo cometido es contribuir a paliar estas condiciones, es fruto de la labor realizada durante más de treinta y tres meses por un consorcio de institutos de investigación, universidades y empresas tecnológicas de siete países europeos, concretamente Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Suiza y Reino Unido. Este es solamente uno de los varios resultados de un proyecto titulado «An integrated intelligent home environment for the provision of health, nutrition and well-being services to older adults» ( MOBISERV), para cuya investigación la Comisión Europea concedió una financiación de 2,75 millones de euros.

Viviendas, prendas de vestir y apoyo inteligentes

«Este ha sido un proyecto muy extenso. No solo hemos trabajado en el robot; también lo hemos integrado en un sistema de domótica que incluye prendas de vestir «inteligentes»», señaló el Sr. Van den Heuvel.

Se han empleado tejidos inteligentes para confeccionar prendas de vestir e incluso ropa de cama que incluyen varios sensores diminutos, inalámbricos y ligeros. Estos permiten vigilar los signos vitales y los patrones de sueño e incluso detectar si el usuario sufre una caída. El entorno domótico está constituido por sensores inteligentes, unidades de reconocimiento óptico y varios elementos de automatización de mecanismos domésticos con los que detectar pautas de consumo de comida y alimentos, patrones de actividad y situaciones peligrosas.

«El sistema puede usarse al completo para alguien que necesita cuidados amplios, pero también se pueden emplear solamente algunos componentes para atender necesidades concretas de un individuo. Es una tecnología que se puede aplicar de manera modular y flexible», señaló el Sr. Van den Heuvel.

No obstante, reconoció que el robot es posiblemente el elemento más llamativo e innovador del sistema.

El robot de compañía de MOBISERV, que cuenta con tecnologías punteras de robótica e inteligencia artificial, se ha diseñado por encima de todo para prestar al usuario un apoyo cognitivo, de manera que realice recordatorios y sugerencias que le ayuden a llevar una vida sana y más activa desde el punto de vista social.

«Carece de brazos, así que no sirve para prepararte un café, pero sí que te puede preguntar si te apetece un café u otra bebida si hace ya tiempo que no has bebido nada», explicó el Sr. Van den Heuvel.

El robot observa el comportamiento del usuario y así aprende en qué momentos es conveniente dirigirse al usuario, hablarle o brindarle información en su pantalla táctil. El usuario puede responderle oralmente o bien activando dicha pantalla. La máquina puede preguntarle «¿Tienes hambre?», exclamar «¡oye, no olvides tomarte las píldoras de la cajita azul!» o proponer «¿Te apetece llamar hoy a un amigo?»

«Se puede ajustar a cada individuo el comportamiento del robot, lo que dice y cómo lo dice, incluso su tono de voz», aseguró.

Conviene destacar que el equipo de MOBISERV ha creado una interfaz de fácil uso para la configuración del robot. El cuidador, cónyuge, familiar o cualquier otra persona que conozca bien al usuario puede personalizar el sistema ajustándolo a sus necesidades y preferencias. Puede determinar desde el nombre del robot y del usuario hasta su bebida preferida y sus amigos, incluso la clase de carácter que debe tener el robot. Los investigadores creen que más adelante también podrán ofrecer la opción de personalizar el diseño y el color del robot.

De principio a fin del proyecto participaron personas mayores y cuidadores, desde dando indicaciones sobre los requisitos para el diseño inicial hasta la valoración de las pruebas con los prototipos definitivos. Los investigadores emprendieron ensayos a principios de este año en Países Bajos y Reino Unido, y también estudios extensos de evaluación del robot de compañía por parte de usuarios. Hubo pruebas de usabilidad en un laboratorio doméstico y también evaluaciones prácticas durante días completos en viviendas de prueba, incluso pruebas en la vivienda de usuarios que se prolongaron varios días.

Un robot con personalidad

«Las personas mayores valoraron muy positivamente el robot. Apreciaron las ventajas del apoyo cognitivo que proporciona y además, a quienes vivían solos, les gustó la idea de tener algo con lo que relacionarse. Algunos lo vieron casi como una mascota con personalidad propia», aseguró el Sr. Van den Heuvel.

Los cuidadores profesionales también observaron ventajas, aunque en general se mostraron algo más escépticos.

«Quizás les preocupe que este robot les quite el trabajo, pero eso no es lo que nos proponemos. Desde nuestra perspectiva, la tecnología y los robots son recursos de ayuda tanto para ellos como para las personas a las que cuidan; no reemplazan los cuidados humanos -aclaró el Sr. Van den Heuvel-. Muchos cuidadores, y sobre todo aquellos familiares a cargo de alguien las veinticuatro horas del día, todos los días, sufren un gran desgaste y esta tecnología puede suponer un gran alivio para ellos».

Actualmente, el prototipo del robot de MOBISERV tiene un coste de producción cercano a los 10 000 euros, un precio que bajaría a medida que evolucione la tecnología y se alcancen economías de escala si se produce en grandes cantidades. El Sr. Van den Heuvel calcula que un robot de compañía podría costar en torno a 5 000 euros en un par de años.

Las entidades asociadas a MOBISERV buscan actualmente financiación para emprender proyectos complementarios o constituir una empresa, con el fin de profundizar en el diseño, perfeccionarlo y realizar ensayos con usuarios a mayor escala. 

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