El 16 noviembre del 2004, el X-43A alcanzó durante 10 segundos la mayor velocidad lograda por un instrumento construido por el ser humano y destinado a ser usado en el planeta. El avión logró una velocidad de Mach 9.6 (alrededor de 11,200 km/h), mientras volaba a mas de 33,000 metros de altura sobre el Océano Pacífico al oeste de California.
El vuelo fue la culminación del Programa Hyper-X de la NASA, desarrollado durante mas de siete años.
Este fue el segundo récord mundial de velocidad obtenido por el Programa Hyper-X. El primero fue cuando consiguió volar a la velocidad de Mach 6.8 (unos 8,047 kilómetros por hora) el 28 de marzo del 2004.
El aparato, descrito por la NASA como «parte avión y parte nave espacial», sobrevoló el 28 demarzo de 2004 el Pacífico durante unos diez segundos, antes de precipitarse, como estaba previsto, sobre el océano.
Es la primera vez que un estatorreactor que emplea aire para su motricidad, viaja tan rápido.
El experimento se produjo 57 años después de aquel 14 de octubre de 1947, cuando el piloto de combate Charles Yeager rompió la «barrera del sonido» a bordo de un X-15, propulsado por dos cohetes a 12.000 metros de altura, rompe la barrera del sonido llegando una velocidad de Mach 1.06 (1.127 Km./h.); inaugurado la era de los vuelos supersónicos.
Igualmene se dio tres años después de que el 2 de junio de 2001 el primer vuelo de un X-43A concluyó con la explosión del aparato, cuando el cohete Pegaso modificado que lo impulsaba se desvió y los técnicos lo hicieron estallar.
La NASA señaló en un comunicado previo al experimento que todo el proyecto de avión hipersónico «es de por sí un programa de alto riesgo».
El experimento forma parte de los esfuerzos de la NASA para diseñar y construir una nave que supere la fuerza de gravedad de la Tierra alcanzando una velocidad de 40,000 kilómetros por hora, o «velocidad de escape».
En el tipo de motor hipersónico, conocido como «traga aire» y utilizado en esta prueba, el oxígeno de la atmósfera se introduce a gran fuerza en la cámara de combustión, donde se mezcla con combustible y hace ignición espontánea. Para que el proceso funcione, el avión debe desplazarse a cinco veces la velocidad del sonido y por ello necesita de un cohete convencional para comenzar la aceleración.
El programa de avión hipersónico, atrajó el interés de la Fuerza Aérea estadounidense y de empresas aeroespaciales como Boeing, tenía entonces un costo de 250 millones de dólares y un futuro en incierto ya que la NASA había reducido la asignación de fondos.
El libro Guinness de récords mundiales reconoció este logro e inscribió el vuelo en la lista de su sitio web y en su próximo libro de récords; el récord anterior correspondía a un misil propulsado por ramjet, que logró una velocidad apenas superior a Mach 5. La mayor velocidad obtenida por un avión propulsado por cohete, la aeronave de la NASA X-15, fue Mach 6,7. El vehículo tripulado más veloz de combustión atmosférica, el SR-71, logró una velocidad ligeramente superior a Mach 3. El X-43A superó el doble de la velocidad máxima del SR-71, propulsado a chorro.