Cada año, el 21 de septiembre, se celebra el Día Internacional de la Paz en todo el mundo. La Asamblea General ha declarado esta fecha como el día dedicado al fortalecimiento de los ideales de paz, a través de la observación de 24 horas de no violencia y alto el fuego.
Este año, ha sido más claro que nunca que no somos enemigos el uno del otro. Más bien, nuestro enemigo común es un virus que amenaza nuestra salud, seguridad y estilo de vida. El COVID-19 ha llevado a nuestro mundo a la agitación y nos ha recordado por la fuerza que lo que sucede en una parte del planeta puede afectar a las personas en todas partes.
En marzo, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a todas las partes beligerantes que dejen sus armas y se concentren en la batalla contra esta pandemia mundial sin precedentes. Si bien el mensaje está dirigido a los partidos armados, a la solidaridad y la cooperación a través de las fronteras, también se necesitan sectores y generaciones para ganar esta nueva lucha contra la peor crisis de salud pública de nuestro tiempo.
Para las Naciones Unidas, 2020 ya estaba destinado a ser un año de escuchar y aprender. Para conmemorar su 75º aniversario, la ONU ha invitado a millones de personas en todo el mundo a unirse a UN75, la conversación global más grande y de mayor alcance sobre la construcción del futuro pacífico y próspero que queremos.
Mientras luchamos por derrotar al COVID-19, su voz es más importante que nunca. En estos tiempos difíciles de distanciamiento físico, este Día Internacional de la Paz será dedicado a fomentar el diálogo y recolectar ideas. Se invitará al mundo a unirse y compartir ideas sobre cómo capear esta tormenta, sanar nuestro planeta y cambiarlo para mejor. Aunque no podamos estar uno al lado del otro, aún podemos soñar juntos.