A través de diversas actividades organizadas por la Universidad Veracruzana (UV), Veracruz y Japón conmemoraron los 400 años de la Misión Hasekura y ratificaron los lazos de fraternidad que los distingue como socios políticos y comerciales, así como las aportaciones sociales de estas dos culturas milenarias a ambos países.
El evento fue encabezado por Harry Grappa Guzmán, secretario de Turismo, Cultura y Cinematografía, quien acudió en representación del gobernador Javier Duarte de Ochoa; Guillermo Herrera, subsecretario de Turismo; Ramón Poo Gil, alcalde de Veracruz; Alfonso Pérez Morales, vicerrector del campus universitario; Magdalena Hernández Alarcón, directora general de Relaciones Internacionales de la UV, junto con el Excelentísimo Embajador de Japón, Shuichiro Megata.
Haciendo un recorrido histórico, las autoridades explicaron que fue el 10 de junio de 1944 cuando el samurái Tsunenaga Hasekura partió del puerto de Veracruz hacia Europa para continuar la Misión Hasekura, que tenía como objetivo el establecimiento de un comercio directo entre Japón y México (entonces Nueva España).
Ante el cuerpo edilicio del ayuntamiento de Veracruz, representantes de gobierno del estado y la comunidad universitaria, el Alcalde de Veracruz entregó el nombramiento de Huésped Distinguido al Embajador Shuichiro Megata.
“México siempre nos ha dado la mano”, comentó el embajador japonés. Informó que México fue el primero que firmó un tratado de comercio y navegación, el primer país de América Latina que acogió a japoneses y el primero que acudió a auxiliarlos después del tsunami de marzo de 2011.
Grappa Guzmán habló de la grandeza de Veracruz a lo largo del tiempo y su distinción como un pueblo fraterno, convirtiéndolo en el centro ideal para el intercambio comercial a nivel nacional e internacional. También reconoció a Japón como su cuarto socio comercial y las aportaciones que ha hecho este país.
A nombre de la comunidad universitaria, el Vicerrector explicó que las actividades que organizó la UV fueron encaminadas a reconocer la interacción entre estos dos países. Asimismo invitó a los presentes a “sumar esfuerzos que promuevan el acercamiento entre diferentes culturas, reconociendo su diversidad en un ámbito de tolerancia y trabajo conjunto en beneficio de la sociedad a la que servimos”.
Conmemoración de la Misión Hasekura
El auditorio del Centro de Desarrollo de Negocios de Administración Portuaria Integral de Veracruz fue escenario de la fusión de las culturas mexicana y japonesa, a través de la interpretación de ritmos veracruzanos y japoneses interpretados por el Grupo Nematatlín que con arpa, guitarra y maracas entonaron en castellano y japonés melodías típicas de ambas culturas como La Bamba y Nube de mar.
Acto seguido, estudiantes de lengua japonesa del Centro de Estudios Gestalt presentaron discursos en japonés y se realizó una exhibición de karate do shokotan.
Ricardo Flores, coordinador Regional de la Universidad Veracruzana Intercultural, moderó el debate entre la japonesa Etsuko Okada, Claudio Chávez Justo, repatriado de Japón, y Néstor Yoshio Miyasako, mexicano de ascendencia japonesa, quienes expresaron sus puntos de vista sobre las virtudes y diferencias de ambos países. La falta de disciplina y orden fue un común denominador de los ponentes.
Chávez Justo estudió y trabajó durante 11 años en Japón, en ese tiempo pudo constatar que el trabajo en equipo es la clave del éxito en dicho país. Al ser el respeto una característica de sus nativos, únicamente se pactan acuerdos y relaciones a largo plazo.
Otro punto de vista en común por parte de los ponentes fue acerca de las virtudes de nuestro país. Después de 20 años en México, Etsuko Okada comentó que hoy en día vive feliz en Veracruz, la principal virtud que encuentra es la alegría: “La gente sabe vivir bien y soportar las vicisitudes de la vida, los mexicanos saben disfrutar y celebrar. En Japón la gente tiene dinero pero no son tan alegres”.
Por su parte, Néstor Yoshio compartió su experiencia como hijo de una familia de procedencia extranjera, su padre le transmitió la filosofía samurái y lo condujo a una afable adaptación en el país.
De común acuerdo se concluyó que el respeto y la disciplina son las cualidades a aprender de Japón, mientras que el espíritu de lucha, la alegría y la resiliencia emocional son características que los mexicanos pueden transmitir al país del sol naciente.
Para concluir la jornada, estudiantes del Centro de Iniciación Musical Infantil de Veracruz interpretaron melodías en homenaje a la cultura japonesa.