Hace 65,5 millones de años tuvo lugar el periodo conocido como Cretácico-Paleógeno, durante el que se produjo una gran extinción de especies de plantas y animales –especialmente de dinosaurios– tras el choque del asteroide Chicxulub contra la Tierra.
El 10 de diciembre de 2012, investigadores de las universidades de Harvard y Yale, ambas en EE UU, publicaron en la revista PNAS su articulo “Mass extinction of lizards and snakes at the Cretaceous-Paleogene boundary”, en el cual demuestran que su impacto también produjo la desaparición del 83% de las especies de serpientes y lagartijas, especialmente de la Obamadon gracilis.
“La realidad es que este asteroide devastó el ecosistema entero y se llevó todo por delante”, explica Nicolas R.Longrich, del departamento de Geología y Geofísica de Yale y líder del trabajo. “Las serpientes y lagartijas fueron unas de las grandes afectadas”, añade.
El estudio muestra que para estos animales las consecuencias de la colisión fueron mucho más serias de lo que se creía. Según los autores, el 83% de estas especies murieron y cuanto más grandes eran, mayor era su probabilidad de extinguirse. De hecho, los investigadores aseguran que no sobrevivió “ninguna cuyo tamaño superara el de una libra (unos 453 gramos)”.
Nueve especies de reptiles
Los científicos analizaron fósiles de serpientes y lagartijas recogidos en el oeste de Norte América, desde Nuevo México (en EE UU) hasta Alberta (en Canadá). Examinaron 21 especies que ya se conocían y, además, identificaron nueve desconocidas hasta ahora.
“Muchos tipos de reptiles vivieron durante los últimos días de los dinosaurios. Algunos de ellos eran lagartijas delgadas, mientras otros eran serpientes del tamaño de la Boa constrictor, suficientemente grandes para atrapar los huevos de muchas especies de dinosaurios”, explican.
En el sureste de Norteamérica vivieron serpientes herbívoras similares a las iguanas, y las llanuras de lo que hoy es Montana estuvieron habitadas por lagartijas carnívoras, que llegaron a medir seis pies de largo, aproximadamente 1,83 metros.
Los investigadores aseguran además que las lagartijas y serpientes “fueron grandes rivales de los dinosaurios en cuanto a su diversidad”. De hecho, apuntan que se puede hablar de una ‘Edad de las lagartijas’ igual que existe una ‘Edad de los dinosaurios’.
Descubrieron la lagartija Obamadon gracilis
El trabajo también ha mostrado que entre las lagartijas que se extinguieron, una de las categorías más diversas era la Polyglyphanodontia, que incluía hasta el 40% de todas las que poblaban Norte América.
Anteriormente, los científicos encontraron una especie desconocida y la llamaron Obamadon gracilis. El nombre, procedente del latín, está formado por las palabras odon – diente– y gracils –esbelto–.
La extinción de serpientes y lagartijas como la O.gracilis favoreció la evolución y diversificación de otras. Actualmente hay aproximadamente 9.000 especies de serpientes y lagartijas que “no sobrevivieron por estar mejor adaptadas, sino porque el impacto del meteorito terminó con todos sus competidores”, comenta Longrich.
Una de las innovaciones de este trabajo es que los investigadores han sido capaces de reconstruir las relaciones entre reptiles extintos a partir de material mandibular muy fragmentado. Una técnica que, normalmente, se ha considerado difícil de aplicar a criaturas no mamíferas.
Referencia bibliográfica:
Nicholas R. Longrich, Bhart-Anjan S. Bhullar, and Jacques A. Gauthier. “Mass extinction of lizards and snakes at the Cretaceous-Paleogene boundary”. PNAS. 10 de diciembre de 2012.