Para conocer la altura de un homínido, cuyos restos a menudo aparecen en un yacimiento arqueológico, los científicos suelen medir huesos largos como el fémur y, a partir de ahí, realizan estimaciones. El cálculo se complica si este tipo de hueso no se encuentra entre los fósiles, está fracturado o incompleto, algo que ocurre con frecuencia.

Una forma de sortear el problema es utilizar determinados huesos del pie para calcular las estaturas. Ahora, un equipo de investigadores, entre los que figuran científicos de la UNED, ha sumado precisión al método, al incorporar por primera vez técnicas estadísticas robustas, tal y como se recoge en la revista Forensic Science International.

“Lo más novedoso del trabajo es que es el primero que utiliza métodos estadísticos robustos para este tipo de estimaciones”, explica Alfonso García-Pérez, investigador del departamento de Estadística, Investigación Operativa y Cálculo Numérico de la UNED y uno de los autores del estudio.

La estadística robusta es una parte de la estadística que permite obtener conclusiones en base a unos datos entre los que podría existir alguno irregular. Con esta técnica, “las estimaciones son menos sensibles a la posible presencia de datos anómalos en las observaciones de los huesos utilizados, algo habitual si en la excavación se han encontrado dañados o si falta algún fragmento”, apunta el matemático.

Casi un centenar de esqueletos medidos

El equipo de científicos –formado por un investigadores del Centro Mixto de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-ISCIII), la Universidad Complutense de Madrid, la UNED, la Universidad de Alcalá de Henares, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), la Universidad Rovira i Virgilli y la Universidad de Cambridge (Reino Unido)– analizó un total de 564 huesos de pie de 94 individuos.

Los esqueletos pertenecían a 48 hombres y 46 mujeres, euroamericanos y afroamericanos que nacieron entre 1825 y 1910 y murieron con edades comprendidas entre los 17 y los 50 años. Los restos permanecían en el Museo de Historia Natural de Cleveland (Estados Unidos). Los datos se dividieron en grupos, por sexo y raza, “porque así se obtienen fórmulas que permiten hacer mejores predicciones para cada uno de ellos”, indica García-Pérez.

Los resultados sugieren que los mejores huesos para estimar la estatura son el primero y el segundo metatarso, el astrágalo y el calcáneo. Además, la combinación de un hueso del tarso y otro del metatarso mejora significativamente la precisión de la estatura estimada.

La validez del método ha convencido a los paleontólogos, y algunos ya lo han empezado a usar en sus excavaciones. “Las fórmulas del estudio se han utilizado para estimar la estatura del Homo Antecessor a partir de restos de este homínido encontrados en el nivel TD6 de Gran Dolina, en el yacimiento de Atapuerca”, confirma el matemático de la UNED.

El cálculo se publicó el pasado mes de octubre en la revista Journal of Human Evolution, en una investigación dirigida por el Centro Mixto de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos.

Referencia bibliográfica:

Adrián Pablos, Asier Gómez-Olivencia, Alfonso García-Pérez, Ignacio Martínez, Carlos Lorenzo y Juan Luis Arsuaga. “From toe to head: Use of robust regression methods in stature estimation based on foot remains”. Forensic Science International, febrero 2013 DOI: 10.1016/j.forsciint.2013.01.009

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