La semana pasada Barack Obama aseguró que la ley federal que prohíbe desde 1996 la financiación pública de proyectos que promuevan el control de armas no debe evitar la investigación en este ámbito. Ahora, un metaanálisis, es decir, un estudio que extrae nuevas conclusiones a partir de los datos de varios trabajos anteriores, demuestra que el libre acceso a las armas triplica el número de homicidios en mujeres y cuadruplica los suicidios en hombres.

El nuevo trabajo, cuyos resultados publica Annals of Internal Medicine, ha analizado los resultados de quince estudios publicados entre 1988 y 2005, diez de los cuales se realizaron después de 1996.

“Nuestro trabajo demuestra que el acceso a las armas de fuego es un factor de riesgo para que los hombres se suiciden y las mujeres sean asesinadas”, asegura Andrew Anglemeyer, uno de los autores, que investiga en la Universidad de California.

La mayoría de los estudios considerados se hicieron en EE UU, donde la tenencia de armas es más alta que en cualquier otro lugar del mundo. Entre un 35% y un 37% de las familias estadounidenses posee una, y se estima que causan unas 31.000 muertes al año. Solo dos de ellos se realizaron en otros países –Irlanda y Nueva Zelanda–.

Las investigaciones contenían información específica sobre el acceso a las armas de las víctimas. El metaanálisis no incluyó ningún trabajo basado únicamente en datos de encuestas ni tampoco las muertes por causa accidental.

Los investigadores consideraron las diferencias de género, edad, año de publicación del estudio y dónde se produjeron las muertes. Los resultados mostraron una importante diferencia entre géneros, mientras que no existía ninguna distinción entre los grupos de edad.

Los hombres eran cuatro veces más propensos a suicidarse cuando tenían acceso a armas de fuego, mientras que entre las mujeres aumentaba más la probabilidad de ser asesinadas: tenían tres veces más posibilidades de sufrir un homicidio.

Además, el 75% de los suicidios fueron cometidos en los hogares de las víctimas y un porcentaje similar de mujeres murieron en sus casas, frente al 45% de los hombres. “Los datos indican que la mayoría de las víctimas conocen a sus agresores –señala Anglemeyer–. Este hecho y el incremento del riesgo para las mujeres apuntan a la violencia doméstica”.

Solo en el caso de la investigación realizada en Nueva Zelanda, donde las restricciones al uso doméstico de las armas son mayores que en EE UU, los resultados no mostraron una relación tan clara entre la libertad de acceso a las armas y las tasas de suicidios y homicidios.

Referencia bibliográfica:

Andrew Anglemyer, Tara Horvath, George Rutherford. “The accessibility of firearms and risk for suicide and homicide victimization among household members”. Annals of Internal Medicine, 20 de enero de 2014.

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