Las emisiones de óxido nitroso a la atmósfera pueden reducirse hasta un 44% tan sólo haciendo una elección correcta de las plantas que se siembran, refeire un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Universidad de Wageningen (WUR, Holanda). Estos resultados pueden ser el punto de partida para el desarrollo de nuevas estrategias de mitigación de gases de efecto invernadero.
Los suelos agrícolas son los principales responsables de las emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero. La principal fuente de estas emisiones es el nitrógeno añadido mediante los fertilizantes y abonos. Una vez se deposita el nitrógeno en el suelo, numerosos procesos microbiológicos se encargan de transformarlo en este peligroso gas. Factores como la estructura y el contenido de humedad de los suelos determinan finalmente la magnitud con la que se liberan estas emisiones desde el suelo hasta la atmósfera.
Analizando estos factores en su conjunto, puede intuirse que las plantas son un elemento clave respecto de las emisiones de óxido nitroso. Para empezar son la razón por la cual se aplican los fertilizantes nitrogenados, principales causantes de estas emisiones. Además, cambian la estructura del suelo cuando se desarrollan sus raíces, afectando al contenido de humedad y a la difusión de gases dentro del suelo. Finalmente, las raíces liberan compuestos que regulan los procesos microbiológicos que producen el óxido nitroso.
En un artículo recientemente publicado en Global Change Biology, se demuestra que una correcta elección de las plantas que se siembran en los pastos puede servir para reducir las emisiones de óxido nitroso. Diego Ábalos, del grupo de investigación Contaminación de Agrosistemas por las Prácticas Agrícolas (Coapa) de la UPM, liderado por Antonio Vallejo, observó reducciones de hasta un 44% cuando se sembraron dos especies herbáceas en vez de una sola. En gran medida este efecto se pudo atribuir a que las especies mezcladas eran complementarias: sus raíces eran muy diferentes, lo cual permite que consuman el nitrógeno del suelo de manera eficiente y, por tanto, reducen la fuente del óxido nitroso.
“El análisis de este tipo de efectos a través de rasgos particulares de las plantas es un campo de gran relevancia en el mundo de la ecología”, explica Gerlinde de Deyn, co-autora del artículo. “Con este estudio hemos conseguido llevar técnicas de la ecología al estudio de gases de efecto invernadero”
El estudio supone un punto de partida para el desarrollo de nuevas técnicas de mitigación de las emisiones de óxido nitroso. Hasta la fecha, las estrategias para reducir estas emisiones se centraban en el suelo, mediante el uso de distintos laboreos y fertilizantes, por ejemplo. “Los agricultores tienen que tomar decisiones constantemente sobre qué especies sembrar. Nosotros hemos demostrado que esas decisiones afectarán a las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de sus campos”, concluye Jan Willem van Groenigen, último autor del artículo.