Una investigación en la que han participado científicos de las universidades estadounidenses de California, Nuevo México, Estatal de Luisiana, Michigan y la Universidad de Columbia Británica (Canadá) analiza el ritmo de diversificación de las especies de colibríes en grandes clados –ramas del árbol filogenético– para determinar los mecanismos evolutivos que han operado a lo largo del tiempo y del espacio.
Este trabajo, publicado en la revista Current Biology, dibuja el primer mapa completo de los colibríes desde hace 22 millones de años. Para ello, han examinado 284 de las 338 especies conocidas de esta ave a escala mundial.
“Se utilizó un análisis filogenético molecular para generar un árbol genealógico de los colibríes. También empleamos un análisis de diversificación para explorar los patrones de especiación a través de todas las especies de colibríes”, explica a Sinc Jim McGuire, que lidera el estudio.
Estos pájaros tienen una gran capacidad de adaptación al medio ambiente, ya que a lo largo de los años se han propagado de forma continua en nuevas áreas geográficas. “Los colibríes se han ido reinventado a lo largo de su historia”, dice McGuire.
La investigación resalta que al depender del néctar de las flores para alimentarse y soportar un alto gasto metabólico en su vuelo, los cambios en dichas plantas han provocado, a su vez, cambios en los picos de estas aves y a la inversa. Esto ha contribuido tanto a la formación de nuevos vegetales como de nuevas especies de colibríes.
“Estos cambios no suceden de manera biunívoca, pero algunas subespecies de colibríes tienen picos largos y se alimentan de flores con corolas largas, en cambio, otras tienen picos cortos y se alimentan de flores con corolas cortas”, puntualiza McGuire.
Según el investigador, una de las características curiosas en la evolución de estos pájaros es que a pesar de que todos comen lo mismo se han diversificado de manera espectacular. “Realmente es una gran sorpresa –añade– que puedan coexistir hasta 25 especies distintas en el mismo nicho ecológico”.
Los Andes, epicentro de la biodiversidad
El nuevo árbol genealógico muestra que los colibríes ancestrales se separaron de los vencejos (Apus apus) y los vencejos arborícolas (Hemiprocnidae) hace unos 42 millones de años, probablemente en Eurasia. Los científicos señalan que fue hace 22 millones de años cuando el ancestro común de todos los colibríes llegó a América del sur y comenzó así la diversificación de la especie.
Asimismo, el trabajo resalta el papel de los Andes en la historia evolutiva de esta ave, ya que constituyen el epicentro de su diversidad. “Estos pájaros suelen vivir en pequeñas áreas de distribución geográfica, por lo que existen una gran cantidad de endemismos y de especies en la zona –aproximadamente 140 en la actualidad–. Además, al estar por encima de entre 2000 y 2500 metros, la temperatura es bastante fría para las abejas e insectos polinizadores que no pueden habitar los Andes y son los colibríes los que han explotado el nicho propio de estos polinizadores”, apunta el científico.
América del Norte y el Caribe también han sido centrales en la evolución de nuevas especies. “Claramente esta especie permanece ligada a un proceso de evolución dinámico, que llena los nichos ecológicos y espaciales disponibles a través del Caribe, América del Norte y del Sur. La dinámica de diversificación de este linaje aviar está lejos de completarse”, subrayan los investigadores.
La elaboración de este árbol genealógico representa un paso importante hacia la comprensión de cómo se han adaptado estos pájaros a nuevos hábitats.
“Es posible que haya algo intrínseco en los colibríes que les permite adaptarse a nuevos ambientes, pero también podría ser que a menudo han estado en el lugar correcto en el momento adecuado. Sospecho que se trata de la primera opción”, concluye McGuire.
Referencia Bibliográfica:
McGuire et al., “Molecular Phylogenetics and the Diversification of Hummingbirds”, Current Biology (2014), http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2014.03.016